La noticia de las últimas soldaduras en el  gasoducto que evacuará  gas desde la cuenca de Vaca Muerta hacia otros destinos,  es la mejor noticia de los últimos años. Tomémoslo así y reflexionemos sobre una política energética imprescindible para que en los próximos años algo cambie. Te cuento con datos que eso es posible.
 
Para continuar con lo errático de nuestro país,  en años la política energética también lo fue, aun teniendo recursos naturales y humanos de los mejores del mundo.
Hay ríos caudalosos para que se genere energía hidráulica en la cuenca del Comahue-Cuyo y ni hablar de una de las bendiciones del universo: los ríos Paraná y  Uruguay. Si bien están explotados en aprovechamientos hidroeléctricos la capacidad es mucho mayor a la instalada.
 
En  energía nuclear contamos con la tecnología propia de la elaboración  del combustible, en las plantas del Neuquén y con tres centrales de generación en funcionamiento. Como son las Atuchas I y II y la Central Embalse a orillas del mismo lago. La energía nuclear tiene una muy mala prensa, para generar la misma capacidad que Embalse por día se necesitan 36 camiones de combustible. Las multinacionales petroleras sobre todo en su guerra europea le pusieron el rótulo de contaminante. Bien desarrollada no lo es. Fue esa pulseada por el negocio que perdían las petroleras,  las que llevó a una batalla en la que perdieron por goleada las nucleares y el mundo las demonizo.
 
La energía eólica, la mareomotriz, solares fotovoltaicas todas son posibles y de una calidad y confiabilidad excelente por las condiciones naturales de nuestro país. Pero,  como dice el dicho, “Dios nos dio todo, pero puso a los argentinos adentro”.
 
A pesar de ser una magnífica noticia la del gasoducto, la mayor noticia es que Argentina tiene a Vaca Muerta. El tercer reservorio de gas del mundo no convencional. El mundo va en esa búsqueda de combustible menos contaminante y se ha inclinado por el gas,  el cual es el menos malo con sus secuelas.
 
La política energética argentina ha tenido el más desacertado manejo en virtud de que en los últimos tiempos ha sido manejada por políticos y no por técnicos. Cada vez que un puesto es relevado por alguien que viene de otro palo, como se dice en el llano; es sentencia segura de fracaso.
 
Hoy podríamos estar en mejores condiciones si los recursos estuvieran bien explotados. Se lograría  los mismos ingresos que genera el campo  porque no tendríamos que importar gas y además podríamos exportar. Y no hablar en estos tiempos en donde el gas, producto de la guerra de Rusia y Ucrania llevó los precios a las nubes.
 
Muchísimos son los nombres de funcionarios públicos y gobernantes que nos llevaron a esta política del fracaso energético, Primero Roberto Dromi Ministro de Obras Públicas  de Carlos Menen  en la ola privatizadora regaló los recursos del estado. Luego el Ministro de Obras y Servicios Públicos del kirchnerismo  Julio DeVido,  hizo caso omiso a las consejos de explotar esos recursos nacionales. Con el argumento de pelear con las multinacionales pensado en los demonios neoliberales del pensamiento setentista mezclado con el grado de corrupción que dejó esa gestión de 12 años.
 
El último Ministro que algo mitigo fue Juan José Aranguren, que reflotó la política energética de volver a ser conveniente extraer nuestros propios recursos. El todopoderoso hombre musculoso que lo reemplazó y que hoy es candidato del equipo de Bullrich. Háblanos de Javier Iguacel, hombre de extrema ambición, con el libreto de los cuadernos destruyo lo construido en esos años por el macrismo. Una de las únicas políticas acertadas por los meses de Aranguren que dejaron los amarillos en su paso desde el 2015 al 2019.
 
Hoy el presidente Alberto Fernández lleva un record, debe ser el presidente que más ministros de energía cambio. Desde Sergio Lanziani,  el primero,  que no hubo forma de justificarle a su esposa estar durmiendo la siesta en la casa de su amante en horas de trabajo.. A la hoy joven tucumana que hace pocos meses dirige los destinos de la energía Flavia Rayón. 
 
Lo lamentable es que todos los responsables de la errática política tienen nombres y apellidos y hasta forman parte de la política actual algunos y otros  de las poderosas consultoras que asesoran a los ministros y gobernantes.
 
Qué esta etapa que se avecina y el gasoductos que técnicamente permitirá sacar el gas de Vaca Muerta, un recurso esencial y vital para generar energía. Traiga consigo buenos vientos de continuidad y marque la etapa de las únicas reliquias que nos permitan la unión y la paz de nuestra bendita argentina. Y que Díos a partir de este momento nos ponga a los argentinos más aptos en cada puesto. O quizá a  Usted en el confesionario, el párroco le advierta,  vos con el voto también puedes cambiar a esos hombres. Y ojalá que Dios en el cielo los condenara con la justicia divina. Porque en lo terrenal aún sigue premiando a amigos como el caso del ex-ministro menemista Juan José Manzano con una nueva empresa energética hace un par de meses.

Por Roberto Vidal
Gerente de Contenidos del Grupo Apolo