Mauricio Gramuglia estudiaba Ingeniería de Sistemas en Tandil cuando en 1996, un amigo le propuso iniciar un emprendimiento juntos. Su papá era apicultor y lo convenció para que dejara todo y desembarcara en el mundo de la producción de miel. 

Empezaron con apenas 50 colmenas y fueron creciendo hasta que, cuatro años después, decidieron continuar por caminos separados. Fue hasta 2019 que comenzó con el fraccionamiento y nació Apoidea.

El emprendimiento impulsó la miel cremosa la cual es cristalizada, se bate en frío y de esta manera se rompen los cristales lo que impide que se vuelve a cristalizar quedando con una consistencia cremosa.

“Es apasionante, me encanta estar en el campo aunque haga calor, lo banco porque me gusta la naturaleza. Prefiero estar ahí y no en el galpón”, señaló en Gente Necesaria.

Dijo que el trabajo con las abejas depende mucho de la gestión de la colmena con sus reinas y obreras como así también el clima. Señaló que en la zona de Tandil la cosecha fue muy buena con rendimientos favorables.

Respecto al mercado de esta miel cremosa, se comercializa en Tandil y cuentan con distribuidores en Buenos Aires y Rosario, tras conseguir el permiso nacional de comercialización. Dijo que el mayor costo es el flete para trasladar la miel a los puntos de venta.