El actor y el director de la producción nominada en la categoría mejor película internacional, hablaron con Infobae en Los Ángeles, en la antesala de la esperada ceremonia. Y compartieron sus sensaciones.
Este sábado, Ricardo Darín y Santiago Mitre dieron cierre a su campaña para el Oscar 2023. Argentina, 1985 , que el primero protagoniza y el segundo, dirige, está nominada como mejor película internacional. Y ambos, al igual que Peter Lanzani y el resto del equipo del filme, incluyendo productores, están aquí, en Los Ángeles, listos para la ceremonia que se llevará a cabo este domingo a las 17 hora local (22 de Argentina) en el histórico Dolby Theatre.
En el lujoso hotel The London West Hollywood, y en un cóctel de prensa organizado por Amazon Studios, Darín (brillante en su interpretación del fiscal Julio César Strassera) y Mitre se presentan con mucha amabilidad ante Infobae, dispuestos a la entrevista. Amalgama de emociones y sentimientos, el clima es festivo pero mesurado. Y el orgullo no le quita su espacio al agradecimiento por todo lo que la película significa para nuestro país. El exitoso recorrido realizado en festivales de todo el mundo tendrá hoy su estación culmine: la entrega de los Oscar.
—¿Cómo se sienten? ¿Están nostálgicos? ¿Felices?
Mitre: —Todos los adjetivos que decís entran en la cantidad de sensaciones que tengo. En un sentido estoy nervioso. También estoy emocionado y un poco nostálgico, porque es verdad que es despedir un proceso de trabajo.
Darín: —Sí, es un proceso que se termina.
Mitre: —Terminamos la película y se estrenó en (el Festival de) Venecia, y después fue no parar de hacer distintas promociones de la película.
Darín: —Venecia fue en Agosto, ocho meses atrás, y fue el primer momento donde vimos la película con gente.
Mitre: —Un poco lo voy a extrañar a Ricardo después de tanto viaje juntos, aunque igual somos vecinos.
Ricardo Darín y su esposa, Florencia Bas, en el cóctel organizado por la producción de Argentina, 1985
—La nominación al Oscar es como la cereza al postre. Pero más allá de lo que pase mañana, es increíble lo que generaron en los argentinos y es hermoso lo que nos pudieron mostrar: que la democracia tiene que ser defendida.
Darín: —Sí, tal cual. No creer que la democracia es un estado natural. Siempre lo hablamos, no solo Santi y yo, sino todos los del equipo que tuvimos la oportunidad de tener un micrófono adelante y decirlo. La importancia que (la democracia) siempre tuvo para nosotros. Cuando pensábamos en ella, cuando la trabajamos y demás, la llegada (que la película) pueda tener con la gente joven, porque eso es el futuro, ahí es donde queda el germen de esa importancia de la que hablábamos. Cuando nacés en democracia creés que ese es el estado natural y todo debería ser así, pero no lo es.
Mitre: —Por supuesto que la democracia tiene problemas y es lógico que se critique al sistema político, pero haber hecho esta película sirve para recordar y construir memoria, no solo sobre lo doloroso de la dictadura y lo horroroso que fue, sino también sobre lo importante que es la justicia para consolidarla y cuán difícil fue lograr la democracia. Más allá del Oscar y los festivales de cine, haber podido traer memoria sobre este hecho particular para mí es importantísimo. Y voy a estar eternamente agradecido con esta posibilidad que me dio el cine.
Darín: —Lo que ocurre es que cuando hablamos de festivales, de reconocimientos, de premios y de todo ese tipo de cosas tan agradables y felices, no podemos olvidar cuál es el contenido, qué historia estamos contando. Y esa historia, más allá de la maestría con la que Santi la hizo, está referenciando una historia de mucho dolor en donde hay muchas personas atacadas por ese dolor. Y este es el momento adecuado para no olvidarlos, porque a veces con los festejos y ese tipo de cosas nos olvidamos de la referencia exacta.
—¿Cómo les gustaría que la gente recuerde su película de acá a diez, 20 años? ¿Qué se imaginan?
Darín: —Recién hablábamos con Santiago de que en la jerga cinematográfica, en el ambiente, siempre se habla de si una película envejece bien o envejece mal. A todos nos ha pasado que hemos visto una película hace mucho tiempo que nos encantó, y después, por esta velocidad y dinámica que el espectador ha ejercitado en estos últimos años, con la posibilidad de ver tantas películas en una semana, un poco nos olvidamos de cómo funcionan las cosas. Argentina, 1985 es una de esas películas que, creo yo, va a envejecer bien, porque es respetuosa y habla concretamente desde una perspectiva humana de un hecho fundamental, fundacional y de muchísima importancia para nuestro país. Así que creo que va a tener un lindo camino por delante.
—¿Qué sienten que los argentinos estén tan entusiasmados con la película? Este espíritu mundialista que se armó alrededor de la historia. ¿Se sienten orgullosos de esta unión que crearon entre los argentinos con la realización de la película?
Darín: —Siempre que tengamos la oportunidad de encontrar un motivo, el que sea, para que todos estemos encolumnados detrás de eso y empujemos en la misma dirección, va a ser bienvenido, por lo menos para mí.
Mitre: —El otro día hablaba con un director de otro país y comentábamos, en relación al posteo de Messi (cuando recomendó ver Argentina, 1985 y auguró el tercer Oscar). Y él me decía que eso no pasaba en su país. Entonces hay algo que es lindo, es emocionante y es divertido también. Es lo que dice Ricardo: la gente quiere abrazar esta película como posibilidad de encontrar cosas en común, y esta buenísimo. Lo nuestro no tiene nada que ver con lo deportivo: filmamos y terminamos la película hace mas de un año.
Darín: —¡El partido lo jugamos ya! (sonríe).
Mitre: —Sí. ¡Nosotros también vamos a estar nerviosos mañana, seguramente!
Darín: —Llega un momento en el que te metés en la maquinaria de la expectativa, eso es ineludible. Pero no hay que olvidar que son cosas totalmente distintas. Lo que pasa es que era esperable que después de esa sensación generalizada que produjo el mundial, todo sea referencia a algo deportivo.
Mitre: —Y además, ¡la película se llama Argentina, 1985!
Darín: —¡Lo hicimos a propósito! (Risas).