El cantautor español Joan Manuel Serrat anuncio en su último concierto en la ciudad de Barcelona que se despide para siempre de los escenarios.

Luego de 57 años de conciertos llenos de brillo y emotividad el artista dio esta noticia con las siguientes palabras: “Esta noche proclamo solemnemente mi adiós por voluntad propia”, y agregó: “Porque todo lo que empieza tiene que acabar, y si acaba bien es fantástico”. Sin embargo, tras este anuncio aclaro que su retirada de los escenarios no implica retirarse de la música.

Este viernes pasado, seguidores de varias generaciones llenaron las más de 15.000 localidades del Palau Sant Jordi donde el músico dijo adiós a los escenarios, tras una gira por varias ciudades del mundo y que culminó en su ciudad natal.

Todo se vivió como una fiesta en la que la alegría se mezcló con la nostalgia y la melancolía en cuestión de minutos. Serrat ofreció un repertorio especial, con más canciones en catalán de lo que ha sido habitual en el resto de la gira de despedida.

El tour que Serrat llamó “El vicio de cantar 1965-2022”, empezó en Nueva York hace ocho meses y pasó por Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia, Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Argentina, Chile, Perú y Uruguay, antes de su cierre en Barcelona, a orillas del Mediterráneo, junto a una cantidad enorme de espectadores.

“Temps era temps” es la canción con la que abrió un concierto muy sentimental que ha empezado con imágenes de la posguerra española en la gran pantalla del escenario y un recuerdo para aquellos niños que, como él, nacieron en “una grande y libre” y se entretenía con “Metro Goldwyn Mayer” y “lo toma o lo deja”.

Luego, el cantante recordó a su madre con “Cançó de bressol”, a su padre con “El carrusel del Furo”, a la calle del Poble Sec que le vio crecer en “El meu carrer”, a su ciudad natal con “Barcelona i jo” y a su querido Miguel Hernández con “Nanas de la cebolla”.

El público, completamente entregado a un espectáculo donde no faltaron los grandes clásicos como "Mediterraneo", "Para la libertad" y "Fiesta"  aplaudió antes y después de cada canción, y más de una vez, también en medio del tema.

Serrat, que en todos estos años ha aprendido a estar en todas partes como en casa, con este concierto, pudo disfrutar del placer de ser profeta en su tierra y despedirse haciendo lo que más ama en la vida que es compartir su música junto a sus fanáticos de todas las generaciones.

 Los grandes clásicos de este artista


 

 

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