Los denodados esfuerzos desplegados por la policía francesa hace tres días parecen haber dado frutos. Los investigadores detuvieron anoche a un hombre que responde a la descripción del agresor que el lunes disparó e hirió de gravedad a un fotógrafo en el diario Libération, abrió fuego contra un edificio en el barrio de La Défense y tomó de rehén a un automovilista.

El detenido, que no pudo ser interrogado porque, al parecer, se encontraba en estado comatoso tras un intento de suicidio, sería el famoso Abdelhakim Dekhar, condenado a cuatro años de prisión en 1998 en el "caso Florence Rey", un sangriento episodio que provocó cinco muertos, entre ellos tres policías, en 1994 en París.

"Fue detenido y lo llevamos al hospital", confirmó el procurador de París. Los servicios de seguridad lo localizaron alrededor de las 19 en un vehículo estacionado en un garaje subterráneo de Bois-Colombes, un suburbio del oeste de la capital, gracias al testimonio de la persona que lo alojaba en su casa.

El sospechoso fue conducido de inmediato al hospital, donde los investigadores esperaban el momento de interrogarlo. Muestras de su ADN eran analizadas anoche para saber con certeza si se trata del mismo individuo que, además de las agresiones del lunes, se presentó el viernes en la redacción de la radiotelevisión BFM, donde amenazó a un periodista, tiró dos cartuchos al piso y partió con una advertencia: "La próxima vez no se salvarán".

Los expertos analizaron los rastros de ADN que el misterioso individuo dejó en esos cartuchos, en las cápsulas vacías halladas en Libération, así como en el Twingo del automovilista que tomó de rehén y obligó a conducirlo hasta la avenida de los Campos Elíseos. Los análisis demostraron que se trataba de la misma persona.

Pero sin el testimonio de ayer habría sido extremadamente difícil ubicarlo. Como temían los investigadores, sus huellas genéticas no figuraban entre los dos millones de perfiles de los archivos policiales. Tampoco estuvo en la cárcel, contrariamente a lo que él mismo relató al automovilista que secuestró.

Las únicas opciones eran -afirmaban- una milagrosa casualidad o, sobre todo, el testimonio de algún familiar o vecino. Según la policía, más de 1000 personas respondieron al llamado a testigos lanzado por las autoridades, junto con la publicación de cuatro fotos del agresor, hace 48 horas. (Fuente: lanación.com)