El último 29 de octubre, la ciudad de Arrecifes vivió una jornada agitada, con mucha tensión, pero con final feliz.
Francesca, una nena de 18 meses, había desaparecido mientras dormía en la habitación de la casa de sus padres. Tras nueve horas de angustia, la encontraron en el baño de otra vivienda, que más tarde se comprobó que era propiedad de su padre. Ahora el hombre, que está detenido desde hace 20 días, declaró ante la fiscalía de San Nicolás y confesó que él secuestró a la menor, que lo hizo con el objetivo de "ganar tiempo" y así poder pagar las deudas que tiene.
Carlos Caporossi, imputado por el delito de "sustracción de menor a su progenitor, falsa denuncia, abandono de persona en concurso real y en concurso ideal con delito de privación ilegal de la libertad agravada", explicó en la indagatoria cómo fue la situación. Dijo que desde 2001 tiene problemas económicos, que en el secuestro de la menor actuó solo, que apenas salió de la casa con su hija se arrepintió "de lo que estaba haciendo", que sabía que "era una locura", que pensó "en volver atrás" pero que "ya no podía" porque no sabría qué explicación darle a su esposa. Entonces, se dirigió con la nena a una propiedad que compró hace tres años, que está deshabitada y que solo usan los fines de semana, subió al baño del primer piso y la dejó durmiendo en el suelo. Luego se fue.
Cuando Caporossi volvió a su casa, su mujer estaba desesperada. Le dijo que la nena había desaparecido. Fueron a la comisaría e hicieron la denuncia. La ciudad de Arrecifes se movilizó para encontrarla: la gente pegó en los parabrisas de los autos fotos de la nena y se montó un operativo policial que incluyó helicópteros, rastrillajes y controles a los vehículos que entraban y salían de la ciudad, ubicada a 176 kilómetros de Buenos Aires. Hasta el piloto de autos Marcos Di Palma, reconocido vecino de la localidad, salió con su avioneta a buscarla.
"Los problemas económicos no lo saben ni mi mujer, ni mi padre. Yo siempre hice todo para darles todo. Ellos no sabían ni se imaginaban nada de cómo iban en verdad las cosas", agregó el detenido, vinculado a los negocios del campo. Además explicó que siempre quiso darle a su familia la mejor medicina prepaga, la mejor universidad, departamentos en Buenos Aires, viajes y ropa. Caporossi, además, tiene una hija de 19 años de un matrimonio anterior y otra de siete, hermana de Francesca.
Si bien el hombre dijo que ninguno de sus acreedores lo presionó, confesó que todos "querían cobrar". Días antes de llevarse a la menor, había librado cheques que sabía que no iba a poder cubrir. "Todo el día estuve esperando a que la encontraran", cerró Caporossi. Nueve horas después, la nena estaba en brazos de su madre. Y él, demorado en la comisaría.