El titular del Consorcio de Exportadores de Carnes de Argentina (ABC) Mario Ravettino habló con Valor Agregado Agro y no se privó de decir nada en cuanto a la molestia que le causa la prórroga de la implementación del troceo de carnes. Además acusa a la industria frigorífica  consumera de  trabajar ilegalmente.

Desde hace unas semanas el único tema que circula en los pasillos de la industria consumera de carne es el troceo de la media res. Por un lado el gobierno convirtió en ley , impulsado por Julián Domínguez y el ABC, que a partir del 1 de noviembre de 2022 la media res de carne no se podrá  bajar de los camiones  al “hombro” de los trabajadores, como así también llevar adelante una serie de medidas, entre las cuales se encuentra un etiquetado. Por otro lado la Industria Frigorífica de consumo interno, nucleados en FIFRA, CAFRISA, AFIC, CAMYA, etc , plantean que al aplicarlo así es “inviable” y proponen medios mecánicos para que no sufra el trabajador.

Cuando se oficializó la medida el gobierno había prometido créditos para que la cadena se ponga al día con las instalaciones edilicias, transporte, equipos, etc. La Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA) afirma que esos créditos no llegaron y no se pudieron realizar esas  inversiones. En tanto ABC y el propio Mario Ravettino aseguran que “hay industrias que no son sujeto de créditos, porque el crédito es más de lo que tienen en sus instalaciones y no le presta plata ni el almacenero de la esquina”.

Por ello desde Valor Agregado Agro viajamos hasta Buenos Aires  (el exterior para nosotros del interior) y fuimos a buscar el testimonio de Mario Ravettino para escuchar a los exportadores, a quienes en voz baja se los acusa de querer quedarse con el negocio de la carne en Argentina.

En cuanto a la acusación de monopolizar el negocio de la carne en Argentina por parte de Consorcio ABC, Ravettino afirma que solamente son  acusaciones para no implementar este nuevo sistema. Además, agregó que Consorcio ABC representa al treinta por ciento de la faena del país y que sólo se enfocan en la exportación, ya que sus costos, personal, logística se puntualizan en ese negocio y los pocos cortes que quedan se comercializan en cadenas de supermercados.

“Para que un Frigorífico de ABC haga mercado interno tiene que hacer otra planta”

Troceo y cortes

Los frigoríficos exportadores no solo impulsan el troceo, sino un ambicioso proyecto que son los cortes pieza por pieza asegura Ravettino. Cuando se habla de corte es similar a lo que se ve en los hiper, es decir carne envasada al vacío. “El gobierno nos dice que para que todos puedan integrarse hagamos una etapa intermedia, que es el troceo”, comentó.

“Nosotros no podemos ir a negociar a ninguna parte de mundo con el sistema arcaico de la media res al hombro”

Existen dos países en el mundo que actualmente siguen con el sistema de media res al hombro, uno es Argentina y el otro es Paraguay, aseguró. A su vez añadió que si es el país extranjero quiere comprar carne, Argentina le tiene que dar la seguridad de inocuidad de este producto. “Lo primero que nos van a decir es que al habitante argentino le dan media res al hombro y con contaminación cruzada”, señaló.

“No somos creíbles en el mercado internacional cuando ocurren estas cosas, hay que modificar y modernizar el sistema de comercialización de carnes”

El carnicero

Desde  Valor Agregado Agro  consultamos a fuentes de la industria frigorífica consumera y aseguran no se tuvo en cuenta al carnicero.
Cuando el carnicero conozca este sistema, primero el de los cuartos y después el de los cortes va a quedar encantado porque le mejora el negocio, enfatizó el Presidente de ABC. El carnicero del barrio humilde tiene que bajarle los costos al peceto o al cuadril porque  no lo vende. explica. “Para pagar la media res el carnicero tiene que subir los cortes más baratos, por eso el día que esté desarrollado este sistema el carnicero va a pedir los cortes que vende”

“El carnicero va a terminar enamorado de este sistema porque le va a dar eficiencia de comprar sólo carne, ahora compra hueso y grasa y lo paga por carne”

Matarifes, carniceros y lo mil millones de dólares

Parece una cifra escalofriante, aunque en Argentina ya no se sabe si eso es mucho o poco. Pero volviendo a la charla que mantuvo Valor Agregado Agro  con Mario Ravettino en las muy cómodas oficinas del Consorcio  ABC, elevó la voz en la entrevista y dijo “El gran punto se basa en la terrible informalidad que hay en la cadena que oscila en mil millones de dólares anuales y eso es muchísima plata”. Por lo que a su vez recalcó que al aplicar los nuevos sistemas de etiquetado y así  trazar la mercadería, la informalidad tiende a disminuirse porque los controles se hacen más efectivos y fáciles.

“La informalidad es el problema por el cual mucha gente no quiere aceptar este nuevo sistema de distribución, se acaba la evasión em ganados y carnes”

La impericia y los créditos

El primer elefante y de poca eficiencia que traba estas cuestiones es el estado, en su faceta de gobierno nacional por un lado y gobiernos provinciales que durmieron en los laureles cuando se anunció esta medida en febrero. Y ya que estamos los municipales dejan bastante que desear en la mayoría de los casos.

Según ABC se aprobaron ciento cuarenta créditos para las adaptaciones de las cadenas cárnicas, entiéndase frigoríficos, matarifes y demás. Ravettino admite la demora en las entidades financieras, pero a su vez asegura que “hay que tener en cuenta que una parte de la industria frigorífica no es sujeto de crédito”.

“A algunos frigoríficos no le presta plata ni el almacenero de la esquina, la deuda que tiene supera el valor de las instalaciones”

En cuanto al cuarteo, el dirigente de la carne dijo que no requiere una inversión fastuosa. “Dos sierras automáticas, dos palcos, una balanza y una etiquetadora”, que el costo aproximado son dos millones de dólares (aunque quiso decir pesos). Si un camión de hacienda cuesta 4.5 millones de pesos, quien no tiene dos millones de pesos no puede estar en el negocio, sostuvo.

“Que no me hablen de la inversión porque la inversión es insignificante”

El frio

La carne, por ley, debe salir del planta frigorífica a unos siete grados centígrados y ello requiere unos 2 días de cámara en la planta.
Para Mario Ravettino las plantas frigoríficas están “trabajando informalmente”, no pueden enfriar la carne porque duplican la faena y la carne sale caliente.

Además, sigue cargando duramente contra las plantas consumeras diciendo que deberían ser castigados ya mismo quienes evaden esta normativa.

Desde Valor Agregado Agro nos preguntamos «qué hace el inspector de Senasa que está en las plantas, si esto es así» 

Cámara de Frío

---

La prórroga

Cabe recordar que el gobierno prorrogó la medida hasta el 15 de enero de 2023, para que lo matarifes o frigoríficos, carnicerías, transportes, etc  puedan adecuar las instalaciones. Si bien CAMYA, FIFRA insisten con los medios mecánicos el gobierno no se expidió aún.

En tanto el ABC sostiene que no está de acuerdo con la prórroga. “Si la prórroga es para que todos estén adentro, adelante”, comento el presidente del Consorcio.

Saludos a CAMYA

Mario Ravettino no dejo pasar por alto  los comunicados y videos explicativos de CAMYA.  “Si los medios mecánicos son una carretilla que la va a tener que empujar el trabajador eso de mecánico no tiene nada, eso es un medio manual”. Ese sistema saca un problema que es el de no hacer fuerza pero acarrea otro que es la contaminación, agregó. “Medios mecánicos,  que se propongan los que quieran y se analizarán pero que no sea un maquillaje porque no lo aceptamos”.
 

 

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una publicación compartida por CAMyA (@camyaok)

Corte por corte

Como si el troceo no trajo polémicas Ravettino disparó “de acá a un año tenemos que estar corte por corte”. Explicó las virtudes de este sistema haciendo hincapié en que el carnicero gana mas dinero.

A las ferias también le tocó

“Hay que blanquear en todo lados,  en la etapa primaria que hay achique y cambios de categorías”, concluyó.