En esta fotografía hay 2 protagonistas; un antiguo tren de vapor y el bosque atravesado por el mismo. Sin embargo, un detalle llama la atención al observador sobre un tercer implicado oculto en la imagen: este bosque situado en medio de las montañas de Harz, en Alemania, yace muerto debido a la voracidad del escarabajo de la corteza, el cual ha dado la estocada final a este ecosistema ya afectado por la sequía.

Estos escarabajos de la familia curculionidae se alimentan y se reproducen entre la corteza y la madera de varias especies de árboles. Y si bien algunas especies atacan árboles vivos, muchas otras se alimentan de piceas o abetos ya debilitados, moribundos o muertos. En los bosques sanos estos insectos pueden desempeñar una importante labor de reciclaje de nutrientes, acelerando la descomposición y la renovación de la madera. Otras especies, por el contrario, son bastante agresivas y, como podemos comprobar en la imagen, bajo unas condiciones ecológicas desfavorables pueden ser tremendamente dañinos, acabando en ocasiones con el equilibrio de ecosistemas enteros.

National Geographic