WASHINGTON.— Para cualquiera que haya sido diagnosticado recientemente con cáncer o que simplemente esté aterrado por la posibilidad de desarrollar la enfermedad, el mundo, y sobre todo las redes sociales, están plagados de información científicamente inexacta sobre cómo evitarlo, cómo tratarlo, y qué hay que temer al respecto.
Sin embargo, para desazón de muchos oncólogos, esos mitos obsoletos —como las indicaciones sin base científica de los alimentos que hay que comer o evitar, las hierbas y suplementos que hacen bien, o simplemente descartar el tratamiento y optar por un abordaje “natural”— siguen atrayendo a muchos pacientes, perjudicando el modo en que reciben el diagnóstico de cáncer y poniendo en riesgo el tratamiento de la enfermedad.
“Cuando hay emociones en juego, es difícil usar la razón y actuar con lógica, porque el cáncer mete miedo, especialmente quienes nunca lo han vivido de cerca o en carne propia”, dice Rachel Buchsbaum, directora del centro contra el cáncer y jefa de hematología oncológica del Centro Médico Tufts de la ciudad de Boston. “Es difícil hacer que la gente entienda que los tratamientos y tecnologías actuales son mucho mejores que antes. Pero el miedo que inspira el cáncer es tan profundo que todos quedan enganchados en lo emocional.”
Los sondeos en Estados Unidos demuestran que a pesar del sostenido descenso de la mortalidad por cáncer en los últimos años, la mayoría de los norteamericanos lo sigue considerando una sentencia de muerte, una idea que no solo es falsa sino peligrosa, porque puede hacer que la gente se olvide de la prevención, de la detección temprana, y del tratamiento. Hay más de 16,9 millones de norteamericanos que tuvieron cáncer avanzado hace años y seguían vivos en enero de 2019 —la última estadística disponible—, sin ningún síntoma o señal de la enfermedad, según la Sociedad del Cáncer de Estados Unidos, cuyos datos también estiman que para enero de 2030 serán 22,1 millones los norteamericanos sobrevivientes del cáncer en sus variadas formas.
“La atención del cáncer, con el estrés emocional y psicológico que genera su diagnóstico, y la incertidumbre por su desenlace, así como las complejas decisiones que implica su tratamiento, hacen que los pacientes sean más vulnerables a la desinformación”, dice We-Ying Silvia Chou, del Programa de Investigación del Comportamiento del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. “Todos queremos buena información, pero el entorno informativo a veces nos desvía en una dirección equivocada.”
Muchas creencias y suposiciones inexactas sobre el cáncer generan preocupación innecesaria, empujando a la gente a desestimar las prevenciones confirmadas, como el ejercicio físico, dejar de fumar o evitar tomar sol, y llevándola a tomar decisiones de tratamiento desacertadas.
“La gente se mete en internet a buscar cosas sin entender los infinitos matices que tiene la atención del cáncer, su tratamiento y su prognosis”, dice Julie Nangia, profesora adjunta de la Escuela de Medicina Baylor y directora médica de oncología mamaria del Centro Integral contra el Cáncer Dan L. Duncan.
Estos son algunos de los mitos más extendidos sobre el cáncer y la respuesta de los expertos médicos al respecto:
Casi siempre, el cáncer equivale a una sentencia de muerte
“Es lo que sentía la gente hace varias décadas, porque las tasas de mortalidad eran más altas y la investigación y los tratamientos no estaban tan avanzados como en la actualidad”, dice el oncólogo Karthik Giridhar, de la Clínica Mayo. “Ahora tenemos prevención, detección temprana y terapias de corte, y década tras década la gran mayoría de los pacientes sobreviven más tiempo y tienen vidas más productivas y de mejor calidad”.
La detección temprana es fundamental. La tasa de mortalidad por cáncer de mama, por ejemplo, alcanzó su punto máximo en 1989, y desde entonces ha disminuido en un 42%, gracias a la detección temprana, mejores tratamientos y una mayor concientización. Para el cáncer de próstata, la tasa de supervivencia a cinco años se acerca al 100% para la mayoría de los hombres diagnosticados con cáncer de próstata “localizado” o “regional”, es decir, antes de que se propague.
El cáncer es contagioso
Es totalmente falso. Nadie puede “pescarse” un cáncer. Pero sí hay ciertos virus y bacterias que pueden aumentar el riesgo, incluidos el virus del papiloma humano (o cáncer de cuello uterino), el virus de la hepatitis B (cáncer de hígado) y la bacteria Helicobacter pylori (cáncer de estómago). Hay vacunas para prevenir el primero y el segundo. Y no hay necesidad de evitar el contacto con alguien que tiene cáncer. “Podemos abrazar y besar a alguien con cáncer, o incluso tener intimidad, sin riesgo para uno ni para la persona con cáncer”, dice Nangia.
Todo produce cáncer, así que ¿para qué cuidarse?
“No todo causa cáncer”, dice Buchsbaum, del Centro Médico Tufts. “Hay estilos de vida que claramente disminuyen la posibilidad de desarrollar la enfermedad. Hacer ejercicio todos los días es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos, así como no fumar, mantener nuestro peso en un rango normal y limitar el consumo de alcohol a menos de una bebida al día, que de todos modos debería ser nuestro objetivo si queremos beber regularmente”.
Diane Reidy-Lagunes, subdirectora adjunta de la Red de Atención Regional del Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering, Nueva York, y presentadora del podcast Cancer Straight Talk de dicho hospital, coincide plenamente. “Por lo general, el cáncer es una acumulación de genes que se dañan con el paso del tiempo, durante muchos años, por eso el cáncer es mucho más común en las personas mayores”, dice la especialista. “Por esa razón, hacer ejercicio, comer bien y evitar fumar y beber alcohol pueden reducir el riesgo de desarrollar cáncer”.
Los efectos secundarios de la quimioterapia son terribles
“Esto es definitivamente falso”, dice Nangia. “Actualmente, los medicamentos coadyuvantes son fantásticos y la mayoría de los pacientes toleran muy bien la quimio. Hoy en día es poco común que los pacientes tengan náuseas o efectos secundarios graves que no se puedan controlar con medicamentos.”
Reidy-Lagunes coincide. “Actualmente se administra quimioterapia por diversas razones y para muchos tipos diferentes de cáncer. A veces se administra para reducir un tumor antes de la cirugía, y otras veces para controlar la enfermedad y mantener estable al paciente. Al elaborar el plan de tratamiento de un paciente, los médicos tienen en cuenta muchos factores y hacen todo lo posible para evitar los efectos secundarios de la medicación.”
Además, hoy los pacientes pueden tomar medicamentos antes de la quimioterapia, para prevenir efectos secundarios como náuseas y vómitos. “El efecto secundario más común es la fatiga, que se acumula con el tiempo”, dice Reidy-Lagunes.
Después de la quimio, el cabello no vuelve a crecer
Uno de los efectos secundarios de la quimio más temidos especialmente por las mujeres es la caída del cabello y el temor de que no vuelva a aparecer. Los expertos dicen que puede tomar algún tiempo, pero en la mayoría de los casos el cabello vuelve a crecer, aunque puede tener una textura o un color diferente. “Lo que hace la quimioterapia es atacar las células de crecimiento rápido”, dice Reidy-Lagunes.
“Las células cancerosas crecen rápidamente, pero también lo hacen otras células, como las ciliadas del cabello. La quimioterapia puede causar pérdida de cabello en el cuero cabelludo, las cejas, las pestañas, los brazos, las piernas y el pubis. Dependiendo del tipo de quimioterapia, se puede perder cabello en ninguna, algunas o en todas estas partes del cuerpo. Terminado el tratamiento, el cabello debería empezar a crecer nuevamente. La regeneración del cabello puede tardar de tres a cinco meses. La radioterapia en la cabeza suele causar la pérdida de cabello en el cuero cabelludo. A veces, dependiendo de la dosis de radiación, el cabello puede volver a crecer de manera diferente a como se veía antes, y en casos excepcionales puede no volver a crecer en absoluto”.
Nangia dice que en raras ocasiones, cuando se administra un agente de quimioterapia llamado docetaxel —que a veces se usa para tratar el cáncer de mama, próstata, estómago y cabeza y cuello, y ciertos cánceres de pulmón—, la pérdida del cabello puede ser permanente.
Reidy-Lagunes recomienda el “enfriamiento del cuero cabelludo” como una forma de reducir la pérdida de cabello durante la quimioterapia para tumores sólidos, o sea cuando no se trata de leucemia o de un linfoma. El enfriamiento del cuero cabelludo, que ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, implica usar un dispositivo de gorro frío en la cabeza antes, durante y después de recibir quimioterapia, que ha demostrado reducir la pérdida de cabello.
Los antitranspirantes y desodorantes causan cáncer de mama
“Este es un mito absoluto, que probablemente nació porque a la mujeres que se hacen la mamografía se les pide que no usen desodorantes ni antitranspirantes”, dice Nangia. “Pero eso se debe a que los desodorantes y antitranspirantes contienen aluminio, que en una radiografía o una mamografía puede imitar el calcio y alterar el resultado del estudio.”
Calentar alimentos en recipientes y envoltorios de plástico en el microondas libera sustancias cancerígenas
“Esto solo es cierto si hablamos del material plástico más antiguo, y solo si ese plástico contenía productos químicos como BPA o ftalatos”, dice Nangia. “Los plásticos modernos no contienen estos químicos.”
El cáncer siempre es genético
“Algunos tipos de cáncer pueden estar en el linaje familiar, y los miembros de esas familiar corren un riesgo mucho mayor, pero la realidad es que el cáncer puede ocurrir en cualquier momento de la vida y la prevalencia aumenta a medida que envejecemos, por lo que es una enfermedad típica del envejecimiento”, dice Nangia.
“La mayoría de las personas que desarrollan cáncer no tienen antecedentes familiares. Sin embargo, es importante identificar a las familias que tienen genes del síndrome de cáncer hereditario, como el BRCA1 y BRCA2, que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario, para que los miembros de esa familia hagan un seguimiento y apliquen terapias preventivas”.
El cáncer siempre es ambiental
“Los factores ambientales —como fumar, el tipo de dieta y la exposición a muchas sustancias químicas, como el benceno y el asbesto— aumentan el riesgo, pero no todo lo que hay en nuestro entorno causa cáncer”, dice Giridhar. “A veces el desarrollo de un cáncer no tiene una única razón, y es probable que el cáncer sea una enfermedad multicausal, incluida la exposición a ciertas toxinas ambientales, la genética o factores menos evidentes.”
Tal vez sea mejor ni enterarse
“Definitivamente no”, dice Evens. “La mayoría de los cánceres son tratables y muchos son curables”. Es importante someterse a exámenes regulares —mamografías, colonoscopias, exámenes de próstata, por ejemplo— porque el tratamiento y la cura a menudo dependen de la detección temprana.
El té verde te protege del cáncer
Los ingredientes activos del té verde incluyen polifenoles como EGCG o epigalocatequina-3-galato, un potente antioxidante, dice Ting Bao, directora de oncología mamaria integradora del Memorial Sloan Kettering Cancer Center. “Los estudios in vitro de laboratorio muestran que esos componentes pueden ayudar a prevenir el cáncer, al inhibir la proliferación de células cancerosas”, dice Bao. “Por lo tanto, en teoría, beber té verde podría ayudar a prevenir el cáncer. Pero probablemente habría que beber grandes cantidades al día para que surta efecto”.
De todos modos, agrega Bao, la evidencia científica al respecto es limitada, “esos pocos estudios mostraron efectos secundarios negativos por el alto consumo de té verde, como molestias gastrointestinales y elevados niveles de enzimas hepáticas. Además, la mayoría de estos estudios se realizaron en poblaciones asiáticas, y es difícil generalizarlo a los habitantes de otras partes del mundo.”
Las mujeres embarazadas no pueden recibir tratamiento contra el cáncer y deberían evitarlo
“Por lo general, en el primer trimestre de embarazo tratamos de evitar la terapia para proteger al bebé, pero durante el segundo y tercer trimestre se puede practicar una cirugía y ciertas quimioterapias sin inconvenientes”, dice Nangia, ya agrega que con el cáncer de mama, por ejemplo, los estudios demuestran que la quimioterapia durante el embarazo es segura tanto para la mujer embarazada como para el feto. De todos modos, “siempre que sea posible, durante el embarazo es mejor evitar la radiación”, ya que los rayos pueden dañar al feto en desarrollo.
No fumo, así que no tendré cáncer de pulmón
Si bien es cierto que la gran mayoría de los cánceres de pulmón —entre un 80% y un 90%— ocurren entre los fumadores, otros derivados del tabaco y la exposición al humo de segunda mano y al radón también aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad, señalan las autoridades de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. “Las probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón son mucho más bajas en los no fumadores, pero hay entre un 10% y un 20% de los cánceres de pulmón que se manifiestan en personas que nunca han fumado o que han fumado menos de 100 cigarrillos en toda su vida”, dice Nangia.
Las biopsias y cirugías hacen que el cáncer se propague
“Existe el mito de que exponer el cáncer al aire cuando se realiza una biopsia o cirugía hará que se propague, lo cual no es cierto”, dice Nangia. “La realidad es que algunas personas que requieren una biopsia o cirugía resultarán tener cánceres agresivos y recurrentes. Esto se debe a la biología particular de ese tipo de cáncer, y no a la biopsia o la cirugía”.
El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (CDC) dice que cuando realizan cirugías y biopsias, los cirujanos toman precauciones especiales para evitar que las células cancerosas se propaguen, como usar herramientas quirúrgicas distintas para diferentes partes del cuerpo.
Comer azúcar alimenta el cáncer
“No hay datos de que el consumo de azúcar conduzca al crecimiento del cáncer”, dice Reidy-Lagunes. Aunque las células cancerosas consumen más azúcar que las células normales, ningún estudio ha demostrado que realmente comer azúcar empeore la situación, o que eliminar el azúcar de la dieta ayude a prevenir la enfermedad. Sin embargo, una dieta rica en azúcares puede provocar un aumento de peso, y la obesidad sí aumenta el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el de endometrio y de esófago, entre otros.
Los teléfonos celulares y los edulcorantes artificiales causan cáncer
No existe evidencia de que los teléfonos o los sustitutos del azúcar contribuyan al cáncer, según el Instituto Nacional del Cáncer y varios estudios realizados a lo largo de los años.
Un bulto en los senos siempre significa tener cáncer de mama
Algunos bultos en los senos son cancerosos, pero la mayoría no lo son, según los CDC. Sin embargo, los expertos dicen que cada bulto que aparece debe ser evaluado. “Un ultrasonido puede ayudar a caracterizar los bultos que se palpan en el seno, y si la imagen sale limpia, significa que la masa es benigna y no es necesaria una biopsia”, dice Nangia.
El cáncer regresa siempre
“Afortunadamente, la mayoría de los cánceres no regresan, y los avances de la medicina continúan disminuyendo el riesgo de una recidiva”, dice Reidy-Lagunes. “La proporción de sobrevivientes de cáncer en todo el mundo no para de crecer.”
La Nación