Es el panorama que avizora el FMI para el próximo año. La directora del organismo se refirió también a los factores globales que hacen a la suba de los precios.
Un panorama que no resulta alentador: ese es el planteo que hace el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la economía argentina para el 2023.
Así lo dejó en claro la directora del organismo, Kristalina Georgieva, al avizorar un duro futuro con una alta inflación y riesgos de recesión para el país en el año entrante.
Al mismo tiempo, comentó que la recuperación tan esperada de la pospandemia nunca llegó, por lo que “el mundo es más frágil” actualmente.
En el panorama planteado por Georgieva, se incluye el futuro económico de nuestro país por los próximos tres años. Allí avizora la inflación como el gran flagelo, además de recesiones y ajustes.
Aumento global de precios
Por las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, los efectos del COVID-19 y demás desastres climáticos, Kristalina Georgieva entiende que todos estos son factores que “están impulsando un aumento global de los precios, especialmente de los alimentos y la energía, lo que provoca una crisis del costo de vida”.
“Todas las economías más grandes del mundo se están desacelerando”, detalló en su exposición de este jueves en la Universidad de Georgetown. Y luego agregó que los “altos precios de la energía y los alimentos, condiciones financieras más estrictas y restricciones de suministro persistentes tienen un impacto aún mayor en los países emergentes y en desarrollo, ya que se enfrentan a una menor demanda de sus productos”.
En ese sentido, lanzó una advertencia acerca de que “los riesgos de recesión están aumentando. Estimamos que los países que contabilizan aproximadamente un tercio de la economía mundial experimentarán al menos dos trimestres consecutivos de contracción este o el próximo año. E incluso cuando el crecimiento es positivo, se sentirá como una recesión debido a la reducción de los ingresos reales y al aumento de los precios”.
"Minimzar el uso de controles de precios"
La asistencia de los Estados a las familias de menores ingresos debe ser primordial y directo, y en ese sentido, instó a que los gobiernos “minimicen el uso de controles de precios”.
“Esperamos una pérdida de producción global de alrededor de US$4 billones de aquí a 2026. Este es el tamaño de la economía alemana, un revés masivo para la economía mundial”, explicó sobre el contexto global.
Respecto de los controles de precios, Georgieva explicó: “Sabemos que controlar los precios durante un período prolongado de tiempo no es asequible, ni es eficaz. Es fundamental evitar el apoyo fiscal indiscriminado, porque si se hace de forma amplia, el impulso a la demanda haría aún más difícil luchar contra la inflación”.