La periodista y abogada, Mabel Sanchez, se refirió al periodista que dejó de existir esta semana. No te pierdas esta columna sobre la importancia de la comunicación.
El tiempo de expresión de la voz y los silencios para comunicar la vida, el despertar y la esperanza.
Porque la década del 80 atrae aun aquellos que no la vivieron?
En el caso de la Argentina, representa un quiebre muy fuerte por el ingreso a la democracia después de años de dictadura militar y por otro costado por la Guerra de Malvinas. No fue ajeno a nuestra impronta, el destape español después del franquismo y los acontecimientos que le dieron mucha relevancia a la música latina y al rock nacional. Artistas prohibidos volvían a sonar en el aire de la radio.
El destape fue uno del fenómeno sociocultural más relevante en el regreso de la democracia en la Argentina.
En los 80 comenzó el creciente debate sobre temas e imágenes considerados prohibidos durante la dictadura. Aristas económicas, ilícitos, desaparecidos y la expresión en los medios de comunicación.
El “destape” estaba atravesado por otras vivencias transnacionales En los años ochenta, una avalancha de imágenes y narrativas que la dictadura militar había censurado se multiplicaron en los medios, la cultura y las conversaciones de la sociedad.
Quienes hacíamos radio en ese momento, nos conmovíamos por las presentaciones de Jesús Quintero, El loco de la colina, también conocido como el Perro verde. Vibramos con “Solos en la madrugada “con José Sacristán. Una película que tenía como protagonista central a un programa de radio y su conductor. “Los Gozos y las Sombras” con Charo López. Dolina y su “demasiado tarde para lágrimas”. En nuestra ciudad a través de LV16, amábamos hacer “Artesanos de la vida”.
Los 80 sabían a despertar y a esperanza.
La popularidad de Quinteros, que tanto marcó a muchos conductores de radio acunados en los 80, trascendió España.
En Argentina, (en donde también trabajo), y en países como Uruguay y Estados Unidos tenía muchísima audiencia. En Estados Unidos produjo “Un loco en América”, manteniendo las bases de El loco de la colina, para Telemundo Internacional.
Hoy rescato a Quinteros, y en el a los años 80 como una década que marcó un estilo de escucharse y contarse la vida después de mucho silencio.
Decía el “loco de la Colina”:
“Si te pones contra el entrevistado, lo pierdes. Si llegas arrogante, también. Si llegas muy humilde, te derrota. Hay que decirle sin palabras ‘Tú eres quien eres… pero yo no soy un tonto”.
“Siempre hay cosas por las que merece la pena vivir. Te lo digo yo que no soy sospechoso de optimismo. Aunque a veces no lo parezca, siempre hay alguien esperándonos
Perdemos la juventud el día que dejamos de soñar con el paraíso en la tierra; el día que empezamos a llamar con desprecio utópicos a los que siguen soñando; el día que se nos despierta el sentido práctico y entramos en el juego y aceptamos las reglas.»
“Muere lentamente quien no se atreve a cambiar de camisa, quien persevera con un trabajo y una pareja que no le hacen feliz.
“Amarlo todo, besarlo todo, acariciarlo todo, probarlo todo, sentirlo todo, mirarlo todo, leerlo todo, tratar de comprenderlo todo… Vivir: he ahí la consigna. Vivir, vivir hasta morirla”
Jesús Quinteros, loco de la Colina, junto a vos se va yendo una generación que marcó el corazón de muchos utilizando la voz y los silencios para comunicar la vida.