Luego de haber alcanzado valores sin precedentes durante los últimos meses, que duplicaron el valor de la soja, advierten de una sobreoferta en el mercado interno con la nueva cosecha, que afectará a los productores.
Luego de haber alcanzado valores sin precedentes durante los últimos meses, que duplicaron el valor de la soja, los precios del trigo ingresaron en el tobogán junto con las primeras partidas de la nueva cosecha.
Con una serie de números, el expresidente de Cartez, Néstor Roulet (candidato en las últimas legislativas a diputado nacional por el PRO) consigna que el Gobierno nacional, al retirar al exportador de la competencia, sobreoferta nuevamente el mercado interno y presiona el precio del trigo hacia la baja con el riesgo de que ni siquiera se pague el FAS teórico (precio lleno, menos retenciones) al productor como sucedió dos años atrás.
“Hoy los compradores ya están ofreciendo precios un 60 por ciento menores (1.800 pesos la tonelada) a los de hace un mes atrás. Lo que hay que advertir con esta situación –si el mercado interno ni siquiera convalida el FAS teórico– es que nuevamente la producción va a tomar nota de estas intervenciones negativas y el año que viene por más promesas que le hagan, la superficie de implantación de este cereal va a sufrir otra merma considerable, y correrá un riesgo cierto el abastecimiento interno”, indica Roulet.
En su último informe semanal, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires mantuvo la proyección de producción 2013/2014 en 10.350.000 toneladas. Con esta cifra, el saldo exportable del año entrante se ubicaría en 3,25 millones de toneladas.
Roulet hace notar que el año pasado, el Gobierno otorgó ROE-365 (registros de exportación) entre mayo y noviembre por casi cinco millones de toneladas, con lo que recaudó 300 millones de dólares. Pero sólo dejó embarcar tres millones de toneladas – ante la posibilidad de desabastecimiento del mercado interno–, quedándole una deuda de 120 millones de dólares con los exportadores.
“Este año no quiso cometer el mismo error y no otorgó ROE 365; les pidió directamente a los exportadores 500 millones de dólares como adelanto. Con esta acción se hizo de los dólares que habitualmente obtenía con los ROE 365 de trigo y sacó al exportado de la puja comercial”, advirtió Roulet.
El problema –agrega– es que con este manejo de sacar al exportador de la competencia por el trigo, los molinos harineros, que necesitan alrededor de 550 mil toneladas de trigo para molienda por mes, se van a encontrar en plena cosecha con una oferta de venta muy superior, lo que los hará trabajar con total tranquilidad. Eso presionará el precio del trigo hacia la baja, con el riesgo de ni siquiera paguen el FAS teórico, como sucedió dos años atrás.
De esta manera, señala Roulet, los productores se quedarán “sin el pan y sin la torta”, de cara a la futura siembra. “Nuevamente la producción va a tomar nota de estas intervenciones negativas y el año que viene por más promesas que le hagan, la superficie de implantación va a sufrir otra merma”, indicó. Redacción Lavoz.com.ar