"Nada, que no hay nada." Jesús Álvarez resopla y sacude la cabeza. Traje azul, corbata rosa, 49 años, ingeniero. Termina de repasar la cartelera con solicitudes de trabajo de la Oficina de Empleo de Legazpi, en el sur de la ciudad.
 
Ahí ofrecen poco y ese poco es un trabajo de repositor de supermercado, electricista, operario para taller de costura... con experiencia probada. Lleva un año y seis meses de lo mismo.
 
Álvarez es uno de los 6,2 millones de dramas que caminan por España. Exactamente la cifra de desempleados que difundió ayer el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y que mostró la foto más escalofriante en lo que va de la crisis: por primera vez en la historia del país, la cantidad de desocupados supera la barrera psicológica de los 6 millones, el 27,16% de la población activa. Se destruyeron 237.400 puestos en el primer trimestre del año y el 57% de los menores de 25 que buscan trabajo siguen en la calle.
 
Como el caso de Álvarez, 2,9 millones fueron despedidos hace más de un año y no encuentran nada. En dos millones de hogares, todos los integrantes están "en el paro".
 
Un récord tras otro que incomodó al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, en la víspera de un día decisivo para su gestión. Hoy anunciará un nuevo paquete de reformas por la insistente presión de la Comisión Europea para que ajuste sus cuentas.
 
Desde Bruselas, el comisario de Asuntos Económicos, Oli Rehn, anticipó ayer que espera "medidas amplias y concretas". ¿Más recortes? En Madrid, y dentro del propio gobierno, circulan versiones contradictorias sobre si lo que viene es otra dosis de austeridad o algo de oxígeno para la economía.
 
A Rajoy le pesa no haber podido mostrar números alentadores a un año de la reforma laboral que impuso con la mayoría absoluta del oficialista Partido Popular (PP, conservador). Desde entonces, se perdieron cerca de 800.000 empleos.
 
Es como un derrumbe invisible. Prolijo. En las oficinas estatales de empleo ya ni siquiera se ven las colas de desocupados que ilustraron durante meses la película de la crisis española.
 
Desde marzo, un sistema informático permite a los beneficiarios del seguro de desempleo "fichar" por Internet y les evita visitar la oficina estatal cada tres meses para renovar la demanda de trabajo y mantener la ayuda. Casi todo se hace vía Web; los turnos para pedir el subsidio se otorgan con precisión quirúrgica. Se reduce al menos la angustia de la sala de espera.
 
Los desempleados tienen derecho a cobrar durante un máximo de dos años un auxilio estatal que va de entre 497 a 1087 euros si hicieron aportes durante por lo menos seis meses.
 
En el anterior gobierno socialista se incluyó una ayuda extraordinaria e ilimitada de 426 euros para quienes superen los dos años sin encontrar un puesto. Rajoy prometió no quitarla.
 
La red de subsidios al empleo, pensiones y salud pública de calidad (recortada pero con una amplia cobertura) mantiene por ahora una razonable paz social en una España deprimida por el bombardeo de expectativas sombrías.
 
Sobrevuela la amenaza de rebeldía, sobre todo entre los jóvenes. Pero, como se vio anoche en el temido "asedio al Congreso", el clima de protesta y bronca le resulta al gobierno un dolor de cabeza controlable (ver aparte).
 
"Mira, 400 euros no es nada, pero la comida se puede pagar", se resigna Juan Anselmo, peruano, obrero de la construcción, que espera turno sentado en la oficina de empleo público en Atocha.
 
En las paredes, las carteleras con ofertas de trabajo muestran más corcho que papeles. Anselmo dejó de pagar el alquiler del departamento en que vivía y se expone al desalojo. Tal vez deje Madrid en algún momento y se vuelva a su país, como hicieron cerca de 200.000 extranjeros en 2012, cuando, según cifras oficiales conocidas a principios de esta semana, bajó por primera vez en 17 años la población registrada en España.
 
En las oficinas de empleo triunfan también las solicitudes para el Eures, un programa europeo que ofrece vacantes en 31 países del continente.
 
"Los datos son escalofriantes", dijo ayer el diputado Vicente Martínez-Pujalte, vocero del PP para temas económicos. "Choca contra cualquier comentario positivo que pueda hacerse", agregó.
 
Rajoy y sus ministros llevan días diciendo que se moderó la destrucción de empleo. Pero ayer optaron por no repetir el consuelo. Fuentes oficiales explicaron que el resultado de la Encuesta de Población Activa (EPA) era imaginable, pero que el gobierno se maneja con los números del empleo registrado, es decir, la gente que se da de baja del "paro" porque consiguió trabajo. "Esa cifra está mostrando que empieza a detenerse la caída", señalaron.
 
Alarmas
 
En cambio, la oposición encendió las alarmas. "Si el señor Rajoy no corrige el rumbo de recortes y austeridad, 2013 y 2014 van a abrir paso a una catástrofe laboral en España", advirtió el líder del Partido Socialista (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba.
 
A esa catástrofe, apenas visible para quien se deje deslumbrar por una ciudad donde todo parece funcionar, se enfrentaba otra vez Jesús Álvarez desde la oficina de empleo. Le quedan seis meses más de subsidio de 1000 euros antes de caer al escalón de emergencia. "¿Esperanzado? ¡Qué va! Ya me veo cobrando los 426 hasta la jubilación", masculla. "Vamos, si no lo quitan."
 
Datos desesperantes
 
El desempleo volvió a romper récords
 
    27,16%
    Desocupación
    Es el porcentaje de españoles que no tienen trabajo, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En total, son más de 6,2 millones de personas
 
    16,6
    Millones de ocupados
    Hay en España. Es la cifra más baja de ocupación en 10 años. En el último año se perdieron 237.400 empleos
 
    57%
    Jóvenes sin trabajo
    Son los españoles menores de 25 años sin empleo; la cifra, alarmante, es la más alta de la Unión Europea
 
Fuente: La Nación