Cada vez son más los jóvenes que promueven una causa por medio de plataformas específicas
Cada vez que Guido Pierres sale de la Facultad, después de las 22, pide un deseo: que el subte siga pasando. Ese deseo a veces se cumple y a veces no, y que se haga realidad depende exclusivamente de perderse la última media hora de la clase o de la predisposición del profesor para terminar varios minutos antes su exposición.
Guido, de 26 años, cursa Marketing en la UADE. Trabaja de día, estudia por la noche y vive en Flores. Lo único que quiere es llegar lo antes posible a su casa. La forma más rápida es caminar los pocos metros que separan la Facultad de la estación Independencia de la línea E y tomar el subte, pero a veces eso es imposible: "Si me quedo hasta el final tengo una hora de colectivo hasta casa. Termino llegando a la medianoche exhausto, y a la mañana tengo que levantarme temprano para ir a trabajar". Guido transformó esta queja en una causa. En su causa. Una causa para extender el horario del subte, que publicó en el sitio Change.org, la plataforma de peticiones online más utilizada en todo el mundo
Su pedido ya logró más de 8500 firmas que se transformaron en 8500 mails que van a parar a la casilla del destinatario de la petición. Ni Subterráneos de Buenos Aires ni el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta (a quienes está dirigido el pedido de Guido), pueden evitar recibir, todos los días, esa catarata de mails.
El activismo on line está en auge. En pleno boom de las redes sociales, varias plataformas han sabido captar la atención de millones de personas que no eran especialmente activas ni solían comprometerse con causas de interés social. Para la mayoría de ellas tal vez la idea no sea cambiar el mundo, sino transformar las pequeñas cosas que afectan su vida diaria.
A través de Internet es posible subir y firmar peticiones, dar y recibir favores, buscar sitios donde canalizar la ayuda y financiar en forma colectiva diversas causas sociales. Y sólo basta hacer clicpara empezar a involucrarse. "El activismo on line es muy concreto. Los ciudadanos utilizan la Web para cambiar cosas cotidianas. Internet es una herramienta muy poderosa porque te da la posibilidad de conectarte en forma directa con los tomadores de decisiones", dice Gastón Wright, director de Change.org para la Argentina.
En nuestro país, unas 200 peticiones se suben por semana y entre 25.000 y 30.000 personas se suman a la plataforma cada mes. A nivel mundial, unos 900.000 usuarios suben o firman una petición cada 30 días. "Es la red social que más creció en 2013", sentencia Wright, que afirma que detrás de este crecimiento hay personas comunes con problemas comunes. "Herramientas como éstas movilizan a gente que, en general, no solía movilizarse. Son personas que no pretenden cambiar el mundo, o sí, pero primero quieren solucionar lo más cercano, lo tangible."
Que se extiendan a seis meses las licencias por maternidad, que se retiren los contenedores de basura de las bicisendas, que se prohíba la exhibición de animales para la venta, que haya baños para discapacitados en todos los locales de una cadena de comidas rápidas son sólo algunos ejemplos de las peticiones que nutren la página de Change.org . Unos cuantos han decretado la victoria; otros siguen esperando la suya, y algunos simplemente cerraron la causa. Todos acompañan sus pedidos con fotos y algunos hasta suben videos. Hay quienes están pendientes de su petición y otros que terminan involucrándose más con causas ajenas que propias.
"Se crea una verdadera comunidad, no estás pendiente sólo de lo tuyo. Con estas plataformas se genera un efecto multiplicador -dice Guido-. Cada vez que firmo una causa, le llega un mensaje a mis contactos de Facebook y, a su vez, los invito a que firmen también.(lanación.com)"