El español, el inglés, el italiano, el ucraniano y docenas de otros idiomas activan la misma red linguística en el cerebro cada vez que los hablantes se comunican. Así lo demostró una reciente investigación del Massachusetts Institute of Technology (MIT) al señalar que la ubicación y las propiedades clave de la red lingüística humana parecen ser universales.
Durante décadas, los neurocientíficos se dedicaron a mapear la red de procesamiento del lenguaje en el cerebro. Ubicada principalmente en el hemisferio izquierdo. Sin embargo, la gran mayoría de esos estudios de mapeo se han realizado en personas que hablaban inglés mientras escuchaban o leían textos en inglés.
Ahora, los neurocientíficos del MIT analizaron imágenes cerebrales de hablantes de 45 idiomas diferentes. El estudio, publicado en Nature Neuroscience, mostró que las redes lingüísticas parecen ser esencialmente las mismas en todas las personas independientemente de la lengua que hablen.
“Este estudio es muy fundamental, ya que amplía algunos hallazgos del inglés a una amplia gama de idiomas”, expresó Evelina Fedorenko, autora principal del estudio, profesora de Neurociencia en el MIT y miembro del McGovern Institute for Brain del MIT.
En el inglés, el orden de las palabras tiende a ser fijo, mientras que en otros idiomas hay más flexibilidad (Getty)
“Ahora que observamos que las propiedades básicas parecen ser generales en todos los idiomas, podemos preguntarnos sobre las diferencias potenciales entre los distintos idiomas y las familias de idiomas en cómo se implementan en el cerebro, y podemos estudiar fenómenos que realmente no existen en inglés”, completó la especialista.
Fedorenko hace varios años empezó a diseñar tareas de localización de la red linguística para hablantes de idiomas distintos al inglés. Si bien la mayoría de las investigaciones de idiomas han utilizado hablantes de inglés como sujetos de estudio, el inglés no incluye muchas características que se ven comúnmente en otros idiomas.
Por ejemplo, en inglés, el orden de las palabras tiende a ser fijo, mientras que en otros idiomas hay más flexibilidad. Otras lenguas usan la adición de morfemas, o segmentos de palabras, para transmitir significado adicional y relaciones entre palabras. “Pensamos que sería útil desarrollar herramientas que permitieran a las personas estudiar rigurosamente el procesamiento del lenguaje en el cerebro en otras partes del mundo. Ahora hay acceso a tecnologías de imágenes cerebrales en muchos países, pero los paradigmas básicos que necesitarías para encontrar las áreas que responden al lenguaje en una persona simplemente no existen”, explicó Fedorenko.
Estas similitudes en las personas que hablan distintos idiomas, no significa que no haya diferencias en absoluto, remarcaron los investigadores (Getty Images)
Para el nuevo estudio, los investigadores analizaron imágenes del cerebro de hablantes de 45 idiomas diferentes, que representan 12 familias de idiomas distintos. Su objetivo era ver si las propiedades clave de la red lingüística, como la ubicación, la lateralización izquierda y la selectividad, eran las mismas en los participantes que en las personas cuya lengua materna es el inglés.
Eligieron la obra literaria “Alicia en el país de las maravillas” como el texto que todos escucharían, porque es una de las obras de ficción más traducidas del mundo. Seleccionaron 24 pasajes cortos y tres pasajes largos, cada uno de los cuales fue grabado por un hablante nativo del idioma. Cada participante también escuchó pasajes sin sentido, que no deberían activar la red del lenguaje, y se les pidió que hicieran una variedad de otras tareas cognitivas que no deberían activarla.
El equipo descubrió que las redes lingüísticas de los participantes se encontraban aproximadamente en las mismas regiones del cerebro y tenían la misma selectividad que en los hablantes nativos de inglés.
Además, los investigadores detectaron que las regiones del idioma que normalmente se activan juntas en los hablantes de inglés, como las áreas del idioma frontal y las áreas del idioma temporal, se sincronizaron de manera similar en los hablantes de otros idiomas. Los investigadores también demostraron que entre todos los sujetos, la pequeña cantidad de variación que vieron entre las personas que hablan diferentes idiomas fue la misma que la cantidad de variación que normalmente se vería entre los hablantes nativos de inglés.
Los investigadores analizaron imágenes del cerebro de hablantes de 45 idiomas diferentes, que representan 12 familias de idiomas distintos (Getty Images)
Estas similitudes en las personas que hablan distintos idiomas, no significa en absoluto que no haya diferencias, pues las sigue habiendo y son muchas, remarcaron los investigadores. “Hay todo tipo de preguntas interesantes que puedes hacer sobre el procesamiento morfológico que realmente no tienen sentido en inglés, porque tiene mucha menos morfología”, indicó Fedorenko.
Por eso, los especialistas del MIT orientarán futuras investigaciones a indagar las características de los hablantes de idiomas que usan predominantemente morfemas, en lugar del orden de las palabras, para ayudar a determinar el significado de una oración.
Otro camino será investigar si las personas que hablan idiomas y usan diferencias en el tono para transmitir diferentes significados de palabras tendrían una red lingüística con vínculos más fuertes con las regiones cerebrales auditivas que codifican el tono.
En este momento, el laboratorio de Fedorenko está trabajando en un estudio en el que comparan los “campos receptivos temporales” de hablantes de seis idiomas tipológicamente diferentes, incluidos el turco, el mandarín y el finlandés. El campo receptivo temporal es una medida de cuántas palabras puede manejar el sistema de procesamiento del lenguaje a la vez y, para el inglés, se ha demostrado que tiene entre seis y ocho palabras.
“El sistema de idioma parece estar funcionando en fragmentos de unas pocas palabras, y estamos tratando de ver si esta restricción es universal en estos otros idiomas que estamos probando”, dice Fedorenko.
Infobae
Foto: Getty Imagenes