Tras conocerse que la empresa argentina Georgalos recuperó la marca Mantecol, en el programa
Gente Necesaria emitido por Radio Río Cuarto, nos contactamos con el nieto del fundador Miguel Zonnaras, presidente de la firma y tercera generación de la familia propietaria.
La familia empresaria, oriunda de Grecia, llegó a Argentina en 1939 cuando su fundador, Miguel Georgalos, escapaba del nazismo y construyó un imperio con el único secreto que se trajo de Polonia. Al no encontrar sésamo, ingrediente oriundo de los países árabes, incorporó a la receta maní argentino como un ingrediente fundamental del Mantecol.
Miguel Zonnaras.
En enero de 2001, debido a abultadas deudas, vendieron la marca de su producto estrella a la inglesa
Cadbury, hoy Mondelez.
Tras asumir la conducción de la empresa, Miguel Zonnaras, se puso el objetivo de recuperar la marca y lo cumplió. Sumó otras como Bazooka, Jirafa y Palitos de la Selva, entre otras. También compró la planta de Victoria que pertenecía a Mondelez y absorberá a 600 trabajadores.
“Los desafíos que tenemos del mundo y Argentina son enormes”, manifestó.
Dijo que
la diferencia entre Mantecol y Nucrem es la radicación de donde se elabora cada producto, uno en la provincia de Córdoba y otro en la provincia de Buenos Aires. Además, señaló que en la versión actual de Mantecol hay una pequeña incorporación de cacao.
También apuntó la calidad del agua de cada lugar.
La historia de Miguel Georgalos
El destino lo trajo a la Argentina y la golosina que creó se convirtió en una de las más conocidas del país. Vivía en Chios, una isla griega frente a Turquía, donde su familia tenía un negocio de ramos generales; lo mandaron a Polonia a estudiar pastelería y un mes antes de la ocupación alemana -cuando ya la situación era muy complicada- Miguel Georgalos tomó un barco con "ruta incierta". Terminó bajando en el puerto de Buenos Aires en setiembre de 1939.
Como todos los inmigrantes, conoció a otros de su mismo origen, con quienes se ayudaban mutuamente. Mientras hombreaba bolsas en el puerto, decidió aplicar lo que sabía: haría "halva", un dulce tradicional de Medio Oriente. Había un problema: en la Argentina la pasta de sésamo no existía.
"En las esquinas veía la venta de garrapiñada y empezó a investigar el maní; a ver cómo lo podía adaptar y eso fue lo que hizo. Básicamente quería vender para poder comer él", cuenta Katia Gounaridis, nieta de Georgalos e integrante de la tercera generación que continúa en la empresa.
Georgalos empezó a ofrecer ese dulce fraccionado, sumó algunos otros turrones que sabía hacer. Se casa con la santiagueña Marcela Brandan -"muy buena cocinera, que además aprendió todas las comidas griegas"- y en su casa de Floresta fabrican y venden.
La historia que fue atravesando la familia dice que una vecina les solía decir que las planchas del dulce que tenían papel metalizado abajo y celofán arriba se parecían a "panes de manteca". Así nació el nombre: Mantecol; terminó siendo un genérico.
Conductor: Pablo Ferrari
Producción Periodística: Carolina Chiarotto
Operador: Andrés Berretta