Si bien no afrontaba grandes vencimientos de deuda en moneda doméstica en la licitación, el Ministerio de Economía no pudo captar fondos para anticiparse a la próxima, en la que vencen casi $600.000 millones.
En el primer test que afrontó el Ministerio de Economía tras el desplome de los bonos en pesos que comenzó la semana pasada, el Gobierno tuvo que subir sus tasas de interés y recolectó del mercado local poco más de $21.500 millones en la primera licitación de deuda del Tesoro este mes. De todas formas, Finanzas no afrontaba en esta primera parte de junio vencimientos pronunciados -apenas poco más de $10.000 millones-, pero necesitará unos $500.000 millones dentro de dos semanas.
Martín Guzmán ofreció cinco letras distintas este martes. Una Lelite, de corto plazo, exclusiva para fondos comunes de inversión; dos Ledes (letras a descuento) con vencimiento este año y dos Lecer (letras ajustadas por CER) también con vencimiento en 2022 que son las que captaron todas las miradas.
“Hubo una suba de tasas en CER y Ledes para instrumentos intervenidos por el Central. El BCRA forzó una tasa real que no era consistente con el resto de la curva de tasa real. No fue una buena licitación porque el monto fue muy bajo. Hay vencimientos muy altos a fin de mes”, explicó Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria.
“Las tasas subieron entre dos y tres puntos. La licitación fue medianamente buena dentro del lío. Se llevaron $10.000 millones netos aunque era una licitación chica. Lo importante es que se llevaron algo neto y que tuvieron que subir la tasa, pero lo más importante va a venir a fin de mes”, dijo por su parte Santiago López Alfaro, presidente de Patente de Valores.
Según anunció el Ministerio de Economía, con los $21.587 millones que levantó en la colocación de deuda de este martes, “se cubrieron todos los vencimientos acumulados desde el 1 de junio hasta el próximo 21 de junio y se obtuvo extra por casi igual valor”. “Del total de financiamiento obtenido, el 68% del monto adjudicado fue en instrumentos ajustados por CER y, el 32% restante, en instrumentos a tasa fija”, continuó.
“En el marco del Programa de Creadores de Mercado, en el día de mañana se efectuará la Segunda Vuelta, donde se podrán recibir y adjudicar ofertas por hasta un 20% del total del valor nominal adjudicado en la licitación del día de hoy”, mencionó Economía. De esa forma, podría sumar hasta $4.300 millones más. Los montos de esta primera operación están muy lejos de lo que serán las de fin de junio. En esa instancia -la segunda licitación de bonos será el 28 de este mes- precisará unos $500.000 millones de forma neta.
Una de las lecturas que sobrevuelan dentro del propio Gobierno es que el derrumbe de los bonos CER que comenzó la semana pasada se disparó por un contexto de tasas reales marcadamente negativas en comparación con la inflación. Incluso, ejemplificaban en un despacho oficial, un bono indexado llegó a tener un rendimiento 10 puntos porcentuales menor a la suba de precios.
En ese marco, algunos fondos comunes de inversión –identifican aquí tanto a empresas como a ahorristas– comenzaron a rescatar sus cuotapartes de FCI. En muchos casos, incluso, migraron hacia plazos fijos UVA, que terminan siendo más convenientes que bonos que pagan por debajo de la inflación.
Otro elemento que argumentan en el mercado, pero que también admiten en algunos despachos oficiales, tiene que ver con el nivel de cumplimiento que tiene el programa económico con el Fondo Monetario Internacional, más allá de la aprobación de la primera revisión de metas trimestrales. Un funcionario comentaba con resignación que las señales fiscales son insuficientes y que el objetivo de acumulación de reservas marcha más lento de lo que previó la hoja de ruta original pactada con Washington.
La cuestión del financiamiento en pesos no es menor: el financiamiento en moneda local es un elemento central que constituye de forma transversal el acuerdo con el FMI. Los pesos que el Gobierno no consiga en las licitaciones deberá emitirlos el BCRA, poniendo en riesgo las metas con el Fondo. El volumen del déficit fiscal también marcará las necesidades de financiamiento. Sin la chance del mercado externo, queda principalmente a mano la herramienta de los bonos en pesos.