A poco más de una semana de que su hijo mayor Tiziano fuera brutalmente golpeado en la puerta de un boliche en Rosario y mientras se recupera, Valeria Mazza contó cómo evoluciona el joven deportista y llamó a la reflexión. Aseguró que hay muchas cosas que empiezan por los hogares y al ser consultada sobre si perdonaría a los agresores de su hijo, aseguró que sí, pero se puso en lugar de otras madres como la de Fernando Báez Sosa, el joven que en el 2020 fue asesinado a golpes.
“Tiziano está cada día mejorando, vimos al cirujano que le dio ejercicios para que empiece a mover la boca y los músculos, tiene unas gomitas además de las placas de titanio. Dos tornillitos en las encías de arriba y de abajo y e dos días se las empieza a sacar para comer puré o algo un poco más solido, ahora todo en pajita”, dijo sobre la evolución de su hijo que ya fue dado de alta en dialogo con Romina Manguel en Radio con vos.
A su vez, dijo que en cuanto a lo emocional su hijo pasó por “varios estadios”: “Estuvo muy angustiado primero, tiene que pasar el trauma. Tiene un psicólogo deportivo con el que trabaja su competencia de alto rendimiento y habló con él estos días para poder hablar y resolver y que no queden secuelas, que pueda transitar el trauma y estar bien. Él nos contó el episodio, cómo había sido y en las primeras horas que estuvo muy angustiado, ‘¿por qué a mí?, te juro que o hice nada malo’ decía y con los días pasó a decir ‘esto no puede pasar’ y quiere salir a hablar conta en primer persona lo que vivió y aportar para que no siga pasando”.
Sobre qué siente, dijo: “Esto es agresión es violencia y nos vamos como anestesiando porque vamos viendo y escuchando tanta violencia que es una mas, a veces toca cerca, a veces hay casos tan dramáticos y te conmueven porque es imposible no sensibilizarse y otras te toca en primera persona. Que haya tomado estado público es para decir ‘hablemos de esto y qué vamos a hacer’”.
La top model se mostró muy en desacuerdo al concepto de “discriminación al revés” que tanto se reprodujo por estos días. “Es discriminación, no es al revés, ni al derecho, ni al costado, me parece que no me gustó la frase esa. Es discriminación. Estamos todo el tiempo etiquetándonos”, dijo y dio un ejemplo de una charla que tuvo con un señor que se le acercó en el supermercado: “Me preguntó cómo estaba Tiziano y después me dijo que cuando hablé, me había faltado decir que era por envidia, y le dije que no, que no importa, porque la discriminación y la violencia no se justifican de ninguna manera”.
Fue entonces que hizo un mea culpa y un llamado a la sociedad: “Me pregunto todo el tiempo desde qué lugar podemos hacer algo, como padres, como educadores... en algo estamos fallando por mas que digamos que la sociedad, la situación económica, política... empecemos por casa, cómo estamos educando”.
Una vez más aseguró como lo hizo desde el día uno que no tenía bronca ni ganas de buscar venganza, sí Justicia: “Queríamos saber quiénes eran porque era algo que no se podía pasar por alto, hicimos la denuncia, fuimos a averiguar quién era el dueño del boliche a ver si tenía videos de las cámaras. Cuando pasa algo así al principio estás anestesiada porque el golpe lo recibís vos, primero la alarma que vas corriendo a ver a tu hijo, al médico a ver si está bien, llegamos y estaba bien pero escupía sangre, el golpe iba adentro. En el momento me concentro en lo que hay que hacer, estar fría y resolver lo inmediato, el domingo estuvimos todo el día con el doctor, ver cómo seguía y fuimos a lo de mi madre a dormir y el lunes fuimos al Austral y no paraba de llorar en el viaje. No volví a dormir la noche entera, todos los días me despierto entre las 5 y 5 y media de la mañana que fue la hora en la que los atacaron”.
Hasta el momento, ni los agresores ni sus padres se contactaron con los Gravier, aunque los jóvenes detenidos sí mostraron arrepentimiento: “Quiero creer que es de corazón. Me encantaría que le pidan disculpas a mis hijos, cuando te arrepentís reconoces el hecho pero no implica que eso no tenga consecuencias. Pero en sus declaraciones dicen que hubo una pelea cuando lo que hubo fue un ataque, no hubo intercambio”.
“¿Podes perdonar?”, le preguntó Romina Manguel y luego de un breve silencio, Mazza respondió: “Es difícil, yo desde el corazón sí, pero los padres de Báez Sosa no sé si pueden perdonar, tengo que agradecer que mi hijo está vivo pero, ¿tengo que esperar a que lo maten? es difícil la situación en la que te ponen, no quiero que haya ninguna otra madre llorando por la vida de su hijo, ¿qué vamos a hacer? “.
Para cerrar, pidió que “la salida no sea Ezeiza”: “Viví en el exterior y siempre volví, mis hijos nacieron acá, me casé acá y en el 2005 cuando nació mi tercer hijo decidimos instalarnos acá por una cuestión familiar, tengo dos hijos en la universidad que eligen argentina y no puede ser que nos echen porque la Justicia no funciona. Voy a hacer todo lo posible para aportar mi granito de arena para que las cosas funcionen de otra manera”.
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