Como si se tratase de un cuento, había una vez un mundo en el que los celulares se usaban para hacer y recibir llamadas. Con el paso de los años, esos dispositivos inalámbricos (ese era su gran avance, la ausencia de cables) sumaron algunas funciones: mensajes de texto, cámara fotográfica, juegos sencillos. Apple escribió el final de la historia cuando en 2007 lanzó el primer iPhone e inauguró la era de los teléfonos inteligentes, haciendo que los móviles básicos se vuelvan vetustos y casi inservibles.
Quien hoy tenga que definir la función de un smartphone, difícilmente hará referencia a las llamadas telefónicas. Las navajas suizas del siglo XXI contienen herramientas casi infinitas en sus cuerpos delgados: redes sociales, juegos avanzados, sistemas de navegación, pagos electrónicos, mercados en línea y un larguísimo etcétera. Aunque omnipresentes y todopoderosos, estos dispositivos ahora son testigos del renacer de los teléfonos básicos que, cual zombis de la tecnología, remueven la tierra que les echaron encima y prometen volver.
Dumbphones vs. smartphones: las diferencias
Ya el primer modelo de iPhone determinó las señas que diferencian a un teléfono inteligente de un “celular tonto”, también conocidos como “dumbphones”. En términos generales, el contraste se percibe por el vínculo con Internet a tiempo completo de los primeros, además de la disponibilidad de aplicaciones.
Los modelos básicos se enfocan en las llamadas y en los mensajes de texto. Si bien ahora resurgen con más funciones, usualmente se trata de dispositivos sin acceso a redes sociales, servicios de mensajería y otras plataformas digitales en boga. Por lo demás, siendo que no tienen grandes exigencias sus especificaciones son escuetas en relación a los poderosos smartphones. Eso sí: muchos de ellos también sirven para escuchar radio.
Los “celulares tontos” vuelven al ruedo: tres datos que confirman la resurrección
Las búsquedas en Google relacionadas a celulares básicos crecieron un 89% entre 2018 y el año pasado, de acuerdo a la firma SEMrush.
En base a datos de 2021, uno de cada diez usuarios de teléfonos móviles en el Reino Unido usa un celular básico, señaló el grupo Deloitte.
Si bien las estadísticas son difíciles de conseguir en ese sector específico, un informe indicó que las ventas globales de “celulares tontos” estuvieron en torno a las 1.000 millones de unidades en 2021, frente a las 400 millones de 2019.
El regreso de los celulares básicos, un fenómeno vinculado al bienestar digital
¿Un dispositivo móvil sin Instagram, TikTok o YouTube? ¿Quién querría algo así? En contra de lo que podemos suponer en primera instancia, son cada vez más los que eligen celulares modestos. Una de las principales razones que ellos esgrimen es el deseo de depender menos de la tecnología, una movida en estrecho vinculada a lo que se conoce como bienestar digital.
“No me di cuenta de cuánto se apoderaba de mi vida el smartphone hasta que compré un ‘ladrillo’”, dijo una usuaria de un celular básico en declaraciones a BBC. “Tenía muchas aplicaciones de redes sociales y no trabajaba tanto porque siempre estaba en el teléfono”, explicó.
Pero el ánimo de desconexión digital (aunque sea parcialmente) no es la única motivación. También se elige un dumbphone en base a los siguientes argumentos:
- Personas que quieren mejorar su productividad y su tiempo de ocio: Para muchos, el ocio transcurre en largas sesiones dentro de redes sociales sin espacio para actividades como el deporte, la lectura, etcétera. A su vez, la conexión a tiempo completo que propicia un smartphone puede complotar contra la productividad laboral. Usar phones que no son smart solucionaría ambas situaciones.
- Padres y madres que procuran un vínculo diferente con sus hijos: Si bien no hay que culpar a la herramienta per se sino al usuario, es frecuente oír que los smartphones proponen distracciones constantes y que eso a menudo afecta los vínculos familiares. En ese orden, elegir un celular que solamente recibe llamadas y mensajes de texto ayudaría a enfocarse más en las conversaciones y en el tiempo compartido en casa.
- Usuarios nostálgicos: Así como hay personas que juegan videogames de los ochentas en pleno 2022 o melómanos que prefieren los vinilos; en el negocio móvil hay un grupo que hace caso a su nostalgia y opta por los dumbphones. Paradójicamente, la divulgación de videos en una red social en boga, TikTok, mostrando celulares básicos es un factor que ha favorecido al resurgimiento de la movida vintage.
- La extensa autonomía y el tamaño compacto, dos ventajas relevantes: Si bien cualquier smartphone, incluso el más accesible, supera a un teléfono básico; existen dos variables en las que los dumbphones toman ventaja. Una de ellas es la autonomía de la batería: al tener menos exigencias, la energía disponible puede extenderse durante muchos días sin necesidad de una recarga. Por otra parte, usualmente son dispositivos compactos que caben con comodidad en el bolsillo y en la mano. Otro punto a destacar es la durabilidad: al no tener pantallas de punta a punta, son más robustos.
Emblemas entre los nuevos celulares básicos
La tendencia no supone la compra de unidades usadas que circularon a fines de los noventas y comienzos de este siglo; no únicamente. Un mojón insoslayable en este camino es el lanzamiento del Nokia 3310 en el año 2017, que resurgió con nuevo diseño luego del éxito que había obtenido en el 2000. Ese dispositivo se animó a aparecer con especificaciones humildes en un negocio colmado de teléfonos súper poderosos que en ocasiones tienen mejores prestaciones que una computadora.
HMD Global, la compañía que ahora vende celulares con la marca Nokia, en la feria IFA 2019 confirmó su intención de extender su catálogo de dumbphones. Pero no es la única: un fabricante con sede en Nueva York, Light Phone, también empuja el carro de los celulares básicos que se codean con los brillos de smartphones como los iPhone de Apple o los Galaxy S de Samsung.
En rigor, Light Phone se mueve en un espacio intermedio entre los celulares tontos y los inteligentes. Sus teléfonos sirven para reproducir música y suman Bluetooth, pero prescinden de redes sociales, navegador web y feeds infinitos. La compañía se jacta de ofrecer tecnología que no genera una desconexión con el presente, que no propicia la pérdida de tiempo y que no genera ansiedad. “Los consumidores se están dando cuenta de que algo anda mal y queremos ofrecer una alternativa”, dicen.
Un detalle que a priori puede ser llamativo: la mayoría de los compradores de unidades de Light Phone tienen entre 25 y 35 años. La compañía neoyorkina tuvo su mejor año de rendimiento en 2021, con un incremento en las ventas del 150% en comparación con 2020. Sus teléfonos de diseño minimalista y pantallas con tinta electrónica se venden desde los 99 dólares; un precio muy lejano de los cerca de 1.000 dólares que hay que pagar por los smartphones de alta gama.
Con información de tn.com.ar