En el último capítulo de la tira de Polka, se cerraron las diferentes historias, con el foco en el reencuentro de Lola con el padre Lorenzo.
Cerca de la medianoche del viernes la espera terminó para los fanáticos de La 1-5/18 . Después de 132 episodios, la tira de Polka que se emitió por la pantalla de El Trece, llegó a su fin. Los espectadores pudieron conocer el descenlace de todas las líneas argumentales de los personajes que generaron revuelo en las redes sociales los últimos cinco meses. El gran interrogante del capítulo recaía en la historia de amor de Lola (Agustina Cherri) y el padre Lorenzo (Esteban Lamothe), un romance que comenzó de manera controvertida y quedó en suspenso cuando el cura decidió irse a una misión en África, invadido por la culpa ante la inesperada muerte de Bruno (Gonzalo Heredia).
El capítulo final comenzó con el recuerdo de Gina (Ángela Leiva) del sueño que tuvo donde se reencontró con Bruno, sumida por el dolor de su abrupto fallecimiento poco después de que le propusiera matrimonio. “Yo voy a estar siempre y los voy a proteger, vas a ver que la felicidad es mucho más fuerte que el dolor, y que lo que viene ahora es hermoso”, le auguró el padre de su hijo en camino en aquella aparición.
Después de confirmar que la muerte de Lautaro (Nicolás García Hume) fue ideada por Miranda (Romina Gaetani), hubo un último intento por capturar a quien ideó todo el plan de venganza contra la familia de Lorenzo, pero resultó todo resultó en vano. Luego hubo un salto temporal de un año en la ficción, y bajo la idea de que el tiempo cura todas las heridas y fortalece vínculos, el panorama resultó más alentador de lo esperado.
Viviana (Leticia Brédice), se convirtió en “la punta del Peñaloza”, y encontró el amor junto a su primer novio, Chacho (Maxi Ghioneas). “Las cosas en el barrio están cambiando, todo se pone lindo”, reflexionó Brédice en la piel de su personaje. Mientras tanto, la rivalidad entre Renata (Bárbara Lombardo) y Rita (Lali González) queda sin efecto después de la enfermedad genética que tuvo su hijo Matías (Balthazar Murillo), para la que requirió la donación de médula de su padre biológico.
“Estoy haciendo yoga, descubriendo un montón de cosas que me gustan, estoy genial, gracias por la separación, no me daba cuenta que la necesitaba”, reflexiona Renata durante una charla con su ex marido, Sebastián (Luciano Cáceres). En este contexto todos los personajes principales se reúnen en la capilla para celebrar el bautismo de Luisito, el hijo de Gina y Bruno, y en este evento se produce el gran reencuentro entre Lola y Lorenzo.
El reencuentro entre Lola y Lorenzo, un amor que empezó siendo prohido y dio mucho que hablar
Vestido de civil, con camisa y jean, el ex cura remarca la ausencia de los hábitos en un diálogo con Gina, quien pudo encontrar fuerzas en la crianza de su primogénito, acompañada por todos los vecinos del barrio. Minutos antes Rita mantuvo una charla con Lucy (Julieta Ruiz), la peluquera, quien está a punto de apostar a la conviencia con su flamante novio, Nicolás, el rector de la escuela, un personaje que había pasado de manera fugaz por la tira anteriormente. Este detalle funcionó como guiño con los espectadores, ya que ni bien llegó Lorenzo creyó que era la nueva pareja de Lola al verlo sentado a su lado.
“Perdón Lola, te pido perdón, llegué tardísimo, vos ya rehiciste tu vida y yo no tengo derecho a decirte que no te pude olvidar, que te pensé todos los días”, le suplicó Lamothe en la piel de su personaje. Sin embargo, todo había sido un malentendido, y tras aclararlo se fundieron en un apasionado beso al ritmo de la canción emblema que los acompañó en toda la ficción: “Se puede amar”, de Pablo Alborán.
En los últimos minutos la voz en off de Cherri resumió parte de la historia: “Las familias se habían desarmado para volver armarse de las formas más impensadas. Los corazones le ganaron a la razón, al egoísmo y a la posesión para que todos seamos más felices”. La escena final consistió en el brindis de todos los protagonistas de la ficción, donde festejaron la nueva etapa que afrontarían todos unidos.