Cómo conseguir que tu hijo duerma solo y por qué no debes desesperarte si no lo logras aún
- 21/03/2022 20:00 hs
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Clara Mas, educadora emocional, recuerda que «lo que un niño necesita es sentirse cercano a sus padres pero acabará pidiendo su espacio».
Matilda es la protagonista del cuento «La aventura de dormir solos« (Duomo ediciones). Pero también tu hijo o tu hija podrían serlo. Y es que llega un momento en la vida de todas las familias en el que los pequeños dan un paso más en su desarrollo: el de dormir en su habitación y en su cama.
Cómo se desarrolle esta «aventura» es otro tema. A Matilda, que está muy emocionada, los miedos le pasan factura, como a la mayoría. Cómo afrontar este proceso, por qué son importantes las rutinas previas al sueño o cómo trabajar el miedo a la oscuridad son algunas de las cosas que recoge este cuento escrito por Clara Mas Bassas, especialista en educación emocional, que recuerda que no existe una edad concreta en la que los menores deban ya dormir solos.
Clara, ¿es para los niños toda una aventura la de dormir solos?
Depende mucho del niño pero puede llegar a ser un momento crucial a nivel emocional porque date cuenta que, en los primeros años, el niño necesita a sus padres en todo momento. También a la hora de dormir porque está todo oscuro, en silencio... y puede llegar a tener mucho miedo.
En el momento en el que él dice que quiere dormir solo o la familia se lo propone, puede traducirse en una idea que a él le cree confusión. «¿Por qué yo duermo solo y mis padres juntos?», puede pensar. Por eso es necesario que los progenitores se lo planteen como una posibilidad, que no es mejor ni peor que dormir con los padres. Lo importante es que él se sienta cómodo.
A su vez, los progenitores han de estar atentos a las dudas. E ir dando opciones a todos los miedos que aparezcan, sobre todo el miedo a la oscuridad. Por eso es muy importante dejarle siempre una pequeña luz en la habitación, que duerma con su peluche, dejar las puertas abiertas para que nos venga a buscar y que él puede salir de su cuarto, etc. Pero sobre todo verbalizar los miedos para poder darles soluciones.
¿Y deben empezar a dormir de forma independiente a alguna edad?
No hay una edad. Yo siempre digo que depende de la situación familiar y del desarrollo del niño. Por eso hay veces que empezar a dormir solos se convierta en un proceso muy pausado. Por ejemplo, se puede empezar por las siestas. Lo importante es que el menor, durante el proceso, siempre se sienta seguro. Detectar sus necesidades y atenderlas. Y, por supuesto, está la posibilidad de que pida o quiera dormir solo y luego cambie de opinión. Es importante saber que se puede retroceder y no pasa nada.
¿Se les enseña a dormir solos?
A dormir no nos enseña nadie. Es algo evolutivo que no podemos tocar. Si miras la evolución y forma que tenemos de convivir, los humanos somos seres gregarios, siempre estamos en tribu. Por eso tiene que ser una opción. Hay que escuchar a la criatura. En el momento en el que el niño quiere dormir solo, le podemos enseñar qué le puede pasar por la noche (pesadillas, sed, miedo a la oscuridad...) y cómo solucionarlo. Al final, lo que un niño necesita es sentirse cercano a sus padres pero acabará pidiendo su espacio. Nadie con 18 años dice que quiere dormir con sus progenitores.
Hablas también en el cuento del ritual antes de irse a dormir. ¿Por qué son importantes estas rutinas?
Porque en el momento de dormir hay un cambio radical de ritmo, de energía. Y es un momento en el que se necesita pasar de esa energía de movernos, de correr, de no parar a estar tranquilos. Ese cambio les puede costar mucho. Los niños tienen mucha más energía que los adultos y necesitan que les ayudemos a encontrar ese otro ritmo. Es aquí donde entra la importancia de las rutinas: bajar la intensidad de las luces, los sonidos, fuera pantallas... les ayuda a anticipar esa bajada del ritmo. Ellos entienden que son los pasos previos y lo último es apagar las luces y dormir.
A Matilda, la protagonista del cuento, le va bastante bien. Pero hay niños a los que les cuesta mucho dormir solos
Cada niño tiene unas necesidades emocionales, unos ritmos... Y hay que escucharle. Si hay muchos despertares, quizás haya necesidades emocionales que no se están escuchando. O puede que no esté preparado aún. Quizás nuestra habitación esté al otro lado de la casa y la posibilidad de ir a buscarte, con la oscuridad... le provoca miedo. Quizás esté nervioso y haya que trabajar mejor las rutinas previas. Hay que observar y analizar. Pero lo importante es que ellos sepan que siempre vamos a acudir a su llamada. Y hay que hacerlo. Los padres han de estar siempre estar disponibles para darles un beso o un abrazo.
Yo recomiendo siempre, en el momento de ir a dormir, hacer un resumen de cómo ha ido el día porque les influye igual que a los adultos. O si al día siguiente tienen una excursión y están más nerviosos, hablarlo también porque les ayuda a calmarse. Cuando nos acostamos los adultos, la cabeza nos da vueltas siempre sobre ciertos asuntos. A ellos también les pasa. Todos necesitamos dormir tranquilos a nivel mental.
En el libro dejas muy clara la idea de ayudarles a focalizar cosas agradables. ¿Cómo de importante es esto?
Exacto, ayudarles a focalizar cosas agradables forma parte del abanico de herramientas que podemos darles si están nerviosos para dormir solos o si se despiertan a media noche. Sabemos que la mente, cuando está agitada o ansiosa, busca posibles peligros o preocupaciones a las que atender, así que si intentamos focalizar la mente en algo agradable le ayudamos automáticamente a cambiar el estado ansioso por uno más calmado, incluso podemos acompañar estos pensamientos de respiraciones profundas. Podemos proponer un pensamiento agradable recurrente (por ejemplo, un día de vacaciones en la playa comiendo un helado) o bien recurrir a cosas agradables que han pasado. También puede ser un buen recurso buscar canciones que nos pongan de buen humor. Así su mente relacionará aquel momento o aquella canción con una sensación agradable y ayudará a calmar mente y cuerpo.
Por último, hay padres y madres que lo pasan mal con el sueño de sus hijos. Son muchos los años que, algunos, tardan en dormir bien solos. ¿Algún consejo para llevar esta situación de la mejor manera?
No dormir bien (y ahora no solo lo digo como profesional, también como madre) es algo que puede llegar a afectarnos negativamente muchísimo en todos los aspectos de nuestra vida. Afecta a nuestro rendimiento pero también a nuestro humor, a nuestra paciencia, nuestras relaciones también se pueden ver afectadas... Así que entiendo perfectamente a todos aquellos padres y madres que están durmiendo poco y mal porque yo pasé por ello.
Volvemos a lo que decíamos al principio: si el niño no está durmiendo tranquilo (y por ende, nosotros tampoco) cuando tiene edad en la que ya podría hacerlo, hay que parar y observar qué está pasando, ver de dónde puede venir su inquietud, preguntarnos si en algún momento ha dormido tranquilo qué hacía que durmiese tranquilo. Porque si el cambio ha sido que ahora duerme solo y no está funcionando, a lo mejor tenemos que plantearnos volver a cambiar el plan y esperarnos un poco más, si es posible por las circunstancias familiares. Yo siempre digo a los padres y madres que lo importante durante la noche es dormir. Si para que el niño duerma solo en su habitación, la madre tiene que estar toda la noche de un lado para otro a lo mejor todavía no es momento de plantear que duerma solo. Pero si el niño solo se despierta una vez, lo hace sin ansiedad y se vuelve a dormir después de beber un vaso de agua, por ejemplo, entonces sí que parece que funciona y que vamos por buen camino.
Hay que observar las señales que nos mandan nuestros hijos ya sea en forma de llanto, de queja, incluso de «excusa», porque el hecho de que necesite llamarnos ya nos está indicando que no se siente tranquilo. Nunca es demasiado tarde para empezar a dormir solos, siempre se puede probar unas noches para ver cómo funciona y luego decidir si es el momento o no, podemos preparar la cama, que sepa que hay la opción y de vez en cuando proponerlo. Siempre estamos a tiempo, lo importante es que descansemos todos.