Además de ser absolutamente impresionante, este lago salado sin salida al mar ha sido promocionado durante mucho tiempo por sus propiedades saludables. Desde untar el barro negro sobre la piel para exfoliar y aliviar afecciones de la piel como la psoriasis, hasta su supuesto poder natural para remediar el asma, la artritis, la osteoporosis y otros problemas, el cuerpo de agua también cuenta con un bajo contenido de polen y otros alérgenos.
¿Otra característica única? A 400 metros bajo el nivel del mar, los dañinos rayos UV se filtran a través de una capa de evaporación sobre el Mar Muerto, la capa de ozono y una capa atmosférica adicional. Se dice que esto significa que los bañistas pueden absorber los efectos beneficiosos de la vitamina D de los rayos del sol, sin riesgo de quemaduras solares y el consiguiente daño a la piel.
“Y para que no omitamos un pequeño cuento mítico, también se cree que Cleopatra viajó aquí con su antiguo séquito egipcio para bañarse en las aguas y dejar que las suaves olas hicieran lo suyo. Este ritual de curación continúa hasta los tiempos modernos, ya que innumerables buscadores de bienestar llegan a este sitio para amontonarse en el lodo histórico”, sostuvo la especialista.
El mar muerto, ubicado entre Israel, Palestina y Jordania es uno de los atractivos turísticos más importantes del mundo debido a su alta concentración de sal, 10 veces mayor que la del océano, lo que hace imposible el nacimiento de vida marina vegetal o animal en sus aguas.
Por este motivo, la insólita aparición de un árbol seco en una isla de sal cercana a la playa de Ein Bokek, en el lado israelí, se ha convertido en todo un acontecimiento que ha incrementado el número de visitas en la zona para contemplar la curiosa planta.
El árbol que “crece” solitario en la isla de sal en medio de la nada cuenta con una pequeña piscina natural para bañarse a la que se puede llegar andando, facilitando el acceso para los turistas y dando como resultado un paisaje digno de una obra surrealista.
Sin embargo, este árbol que también ha sido llamado el árbol de la vida, está lejos de haber nacido en condiciones naturales en este entorno tan extremo. El responsable de su presencia es un artista local que lo plantó con el fin de voltear las miradas hacia él y concientizar al mundo sobre el riesgo de desaparición que hoy sufre la masa de agua más salada del mundo. El artista, cuyo nombre aún sigue en el anonimato, visita con recurrencia la planta, poniendo barro alrededor de su base para asegurarse que obtenga todos los nutrientes necesarios para sobrevivir.