Los sectores del Gobierno que impulsan la quita, parcial o total, de las retenciones no sólo buscarían los dólares que la exportación de carne puede proveer en el corto plazo, sino también estarían promoviendo una mejora en el precio de la hacienda –que aborte la liquidación ganadera que está a la vista– y una suba en los precios de la carne vacuna. Después de tres años de subir por debajo de la inflación, estarían perjudicando –según este enfoque– la rentabilidad y producción de la carne de cerdo y de ave, las cuales el Gobierno ha impulsado en los últimos años de todas las maneras posibles: subsidios, crédito baratos, y sobre todo, maíz barato.

El Gobierno se considera –y con razón– el responsable del explosivo aumento en la producción de carne aviar (creció más de 900 mil toneladas en los últimos seis años) y del sostenido aumento de la producción de carne de cerdo, que viene creciendo hace varios años a una tasa no inferior al 20 por ciento anual acumulativo.

Otro factor que estaría favoreciendo la demanda por carne vacuna, sería –en una medida difícil de mensurar– el incremento del precio del pollo al público, que acumula una suba superior al 30 por ciento en menos de 45 días. Este encarecimiento relativo del pollo se agrega a la suba en lo que va del año de otros alimentos, como los farináceos (pan, pastas, facturas, harina, galletitas, bizcochos, etcétera), y los lácteos, lo que deja hoy en una ventajosa situación relativa a la carne vacuna.

El aceleramiento de la devaluación, la fuerza de la demanda exportadora, la valorización del cuero y la suba del pollo y de otros alimentos, son factores alcistas que no se expresan más plenamente en el precio de la hacienda porque estamos en el pico máximo anual de oferta, con faenas en el bimestre agosto–septiembre un 14 por ciento más altas que igual período del año pasado.

Internacional

China compró en septiembre 29 mil toneladas peso producto de carne vacuna, casi seis veces lo que importó en igual mes del año pasado. El 55 por ciento de las necesidades las provee Australia; el 23 por ciento, Uruguay; el 10 por ciento, Canadá; el nueve por ciento, Nueva Zelandia, y el resto, la Argentina.

Los precios de la carne al mostrador, cercanos a los 10 dólares por kilo, cotizan un ciento por ciento más altos que a principios de 2008. Se interpreta que el enorme desfasaje entre oferta y demanda ha llevado al gobierno chino a abrir y fomentar las importaciones de carne vacuna.

Si se suman las importaciones de Hong Kong y Vietnam a las de China, este año, “la gran China” comprará 1,4 millones de toneladas por valor de cuatro mil millones de dólares. Los datos de los últimos meses de compras de los tres países estarían indicando que ese cálculo puede quedarse corto, porque las importaciones conjuntas se aceleran mes a mes.

En Brasil, que ha incrementado en los primeros nueve meses del año sus embarques en un 26 por ciento, el Instituto de Geografía y Estadística ha comunicado que el stock ganadero ha caído en 1,5 millones de cabezas, para totalizar los 211,2 millones de cabezas. La caída es el resultado de la combinación de una intensa sequía en gran parte de su territorio con una fuerte alza en el costo de los principales insumos ganaderos. Por lavoz.com.ar