El filósofo Tomás Balmaceda contó su “calvario” para cobrar un trabajo en euros para España.
Trabajar para el exterior es una salida laboral cada vez más tentadora para miles de argentinos que, gracias a Internet, pueden exportar servicios desde sus casas, sin tener que pasar por Ezeiza y enfrentarse al desarraigo de vivir afuera. Sin embargo, lo que no muchos esperan es que cobrar esos pagos pueda resultar una verdadera “odisea”.
Esa palabra, sinónimo de trayecto prolongado y lleno de obstáculos, fue la que usó el periodista, comunicador y doctor en filosofía Tomás Balmaceda para describir en su cuenta de Instagram la experiencia que vivió para percibir el pago de 600 euros desde España por la escritura de un capítulo para un libro. “Fue un calvario”, calificó también en diálogo con este diario.
Balmaceda necesitaba primero, como responsable inscripto, un certificado de residencia fiscal por parte de la AFIP para no tener que pagar impuestos tanto en la Argentina como en España. “Inicié el trámite en octubre, pero pasaron los meses y nunca lo resolvieron. De hecho, ya estamos en febrero y sigue pendiente. Desde España, me dijeron que tenía que avanzar sin el certificado, por lo que me cobraron 24% del impuesto español”, explicó. De 600 euros, ahora quedaban 456.
En la Argentina, ese monto fue convertido al tipo de cambio oficial, que era de $115. Luego, el banco cobró una comisión de 50 dólares y retuvo el IVA del 21 por ciento. Así, a la cuenta bancaria le llegaron $46.425, “muy lejos de los $150.000 que significan 600 euros al cambio blue (y sin impuestos)”, relató. Básicamente, menos de un tercio del importe inicial.
“Sé que soy un afortunado de poder trabajar de aquello para lo que me formé y preparé, y que en esta coyuntura crítica muchas personas tienen problemas para poder llegar a fin de mes. Pero en un momento en el que podemos trabajar de forma remota para cualquier parte del mundo, las trabas para poder cobrar se vuelven un obstáculo para poder crecer y tener nuevas oportunidades”, criticó en su red social el filósofo, que también fundó hace dos años el proyecto de educación financiera FinDis.club.
Miles de usuarios se hicieron eco: “Como todo en redes sociales, el debate se fue un poco a lo que se conoce como la grieta. Pero desde Sandra Pitta (la científica del Conicet, que fue candidata a legisladora por Juntos por el Cambio) a Malena Pichot (la actriz, humorista y directora feminista cercana al kirchnerismo) fueron personas que lo compartieron y hablaron del tema”.
“Es un tema que a muchas personas nos está afectando, sobre todo pos-pandemia, en un momento en donde descubrimos que podemos trabajar en cualquier parte del mundo con nuestro talento, nuestra formación y nuestro esfuerzo. Y sin embargo no es sencillo hacerlo con estas estructuras”, comentó Balmaceda.
Desde el inicio de la pandemia el teletrabajo creció casi el 600%, según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo de Argentina. La responsable de Producto Comex del banco Santander Río, Valeria Caprioli, señaló que “cada vez hay más personas que están exportando sus servicios, principalmente entre traductores, diseñadores de páginas web o diseñadores gráficos, desarrolladores o programadores”.
“En el exterior, ofrecen por ahí un sueldo de 4.000 dólares. Por más de que las personas tengan una buena posición acá, la diferencia cambiaria hace que sea más atractivo ofrecer tus servicios al exterior trabajando desde su casa. Algunos consiguen luego viajar y asentarse en esos países. Pero otros trabajan desde sus casas de manera freelance, acomodando la vida con los empleadores del exterior”, detalló.
Muchos intentan evadir la transferencia bancaria, siguió. “Con la normativa cambiaria local, como prestadores de servicios, los freelancers están obligados a ingresar las divisas a los cinco días de cobrarlas. Es decir, en el mercado de cambios oficial. ¿Qué está pasando? Hay muchas alternativas por las que las personas buscan liquidar de otra manera, por desconocimiento o porque cobran en billeteras virtuales, y se pierde la traza. Eso hace que no se tenga todo el control de esas divisas que se generan”.
Por poner un ejemplo, un programador de videojuegos Senior puede cobrar en relación de dependencia en la Argentina hasta $160.000 de bolsillo por mes, mientras que trabajando de manera independiente para el exterior, unos US$ 3.200 mensuales, comentó a Clarín una fuente del sector.
Y detalló que a ese monto, se le resta un porcentaje de entre el 7% y 10% para nacionalizar el dinero mediante alternativas al sistema bancario nacional. “Se necesita una red de soporte para adquirir ese dinero”. A su vez, las empresas locales tienen dificultad para conseguir personal idóneo, porque la mayoría prefiere trabajos en el exterior.
“Trabajar para afuera es muy rentable en la Argentina desde que se terminó el uno a uno en 2001, pero a partir del 2012 aproximadamente se complejizaron cada vez más las regulaciones para tributar los ingresos en el país. Eso de tener una cuenta en Uruguay y viajar a Colonia para cobrar es una realidad de muy pocos que viven en la ciudad. La mayoría acude a cuevas y a billeteras virtuales”, aseguró.
La cantidad de dinero girado a través de exchanges de criptomonedas son difíciles de calcular. Por poner un caso, la plataforma Bitwage, que permite recibir ingresos en criptodólares a freelancers y exportadores de servicios, informó que tuvo un crecimiento récord en 2021 en Latinoamérica y especialmente en la Argentina. Según la empresa, se debe a que los usuarios logran, de esta manera, “capitalizar sus honorarios al mejor tipo de cambio”.
Entre otros datos, señalaron que Argentina se encuentra entre los tres principales países en volumen procesado, que en 2001 se registró un aumento del 400% en volúmenes de nóminas facturadas, que el promedio de facturación de un freelancer argentino es de US$ 2.500 y que el 95% de los argentinos eligen recibir sus pagos en criptomonedas, la mayoría en monedas estables como USDC y DAI.
“Como programador, trabajo mucho para afuera. Tengo conocidos que se abrieron directamente una cuenta en Uruguay, que te cobran unos 40 dólares por mes, y viajan para traerse los dólares en efectivo. Pero lo que yo hago es pedir que me transfieran a mi billetera de criptomonedas y de ahí me pasó el dinero por Mercado Pago. Hoy en día es lo más conveniente por el tipo de cambio. Acá no cobraría ni la mitad”, contó a este diario un freelancer.
Otro trabajador cuentapropista relató una alternativa a las criptomonedas. “Hice un trabajo por una edición de video para una empresa de México, que pagaba 200 dólares. Contrataban freelancers de distintos países y, en cada uno, las regulaciones eran tan distintas que la vuelta que le habían encontrado para poder abonar a todos la misma cantidad de dinero era a través de PayPal (una empresa de transferencias digitales)”, contó.
Y siguió: “Esa plataforma cobra un porcentaje de comisión por la transferencia, que era cubierta en partes iguales por la empresa y el freelancer. El problema es que no hay una forma fácil de transferirte al banco sin que te pesifiquen al dólar oficial y todavía no sé cómo sacar esos dólares de la cuenta de PayPal. Hay gente que se va a otro país, donde hay cajeros que permiten extraer el dinero. Mientras tanto, lo mantengo como un ahorro”.
Otra fuente consultada por este diario relató que la habían contratado desde Chile para dar una charla por Zoom por 500 dólares. "Me sugirieron que hablara primero con mi banco, porque siembre había problemas para pagar en la Argentina. Se demoraron tanto en hace un trámite burocrático que desde Chile me dijeron que se ya no se llegaba. Me perdí ese laburo”, contó.
Dólar oficial y comisiones
¿Cuánto paga una persona para poder percibir en la Argentina un pago en moneda extranjera en concepto de exportación de bienes y servicios? Las regulaciones nacionales varían en relación al tipo de registración tributaria de cada persona. Desde el Banco Nación explicaron a Clarín cómo es el procedimiento para un monotributista.
En primer lugar, el cliente –radicado en el exterior- transferirá a la cuenta en dólares de su proveedor –radicado en la Argentina- el monto acordado. Por cada transferencia en dólares, el banco cobrará una comisión que suele ser similar en la mayoría de las entidades. En el caso del Banco Nación, es de US$ 40 + IVA, en el caso de transferencias que no superen los US$ 20.000, o de US$ 70 + IVA, cuando las transferencias vayan de los US$ 20.000 a los US$ 70.000.
Desde el banco indicaron que, además, según las regulaciones del Banco Central, la persona residente en la Argentina que perciba ese ingreso recibirá una notificación al impactar la transferencia en dólares y dispondrá de cinco días para transferir ese monto a su cuenta en pesos al tipo de cambio oficial.
Un ejemplo: si un monotributista cobrara US$ 500 por un servicio, el banco retendría primero US$ 40 + IVA, y luego la persona tendría que pasar a pesos argentinos ese monto a la cotización del dólar oficial. Si se toma un dólar oficial a $105 y se resta la comisión, terminaría percibiendo $47.418. La persona tendrá que pagar además lo que corresponda según su facturación por monotributo a la AFIP y otros tributos.