Brutal triple crimen en Rosario: los novios del casamiento al que asistieron las víctimas están procesados por narcotráfico
- 30/01/2022 11:58 hs
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El hombre había sido excarcelado por la Justicia federal y la mujer había sido beneficiada con prisión domiciliaria. Tras la fiesta, en un ataque con sello narco, un invitado de 33 años, su pareja de 38 y su bebé fueron ejecutados.
El brutal triple homicidio este fin de semana de una pareja y su hija de un año en las afueras de la ciudad de Rosario aún está lejos de resolverse. Sin embargo, el contexto en el que ocurrió el ataque y la forma en que se llevó a cabo refuerza la hipótesis de un golpe con sello narco.
Las víctimas -Iván Maximiliano Giménez, de 35 años, su pareja Erica Vanesa Romero, de 37, y Elena, la hija de ambos de apenas un año- fueron asesinadas en la madrugada de este sábado cuando se retiraron de un casamiento en el barrio cerrado Campos de Ibarlucea, ubicado sobre la ruta 34 y la calle 25 de mayo, en la localidad de Ibarlucea, a media hora de Rosario.
Los novios y protagonistas del evento eran Esteban Enrique “Pinky” Rocha y Brisa Milagros Leguizamón Ferreyra: ambos están procesados en una causa por narcotráfico. También están sospechados de integrar la banda de Olga “Tata” Medina, condenada en junio de 2020 a cinco años de prisión por comercialización de drogas.
El juez federal Carlos Vera Barros los acusó formalmente de “integrar una organización dedicada al traslado, acopio, fraccionamiento y comercialización de estupefacientes” dentro de una estructura con roles asignados que funcionaría al menos desde abril de 2016 con especial influencia el barrio La Cerámica de Rosario, según informó el diario La Capital.
Leguizamón había sido beneficiada recientemente con prisión domiciliaria, que debía cumplir en un domicilio de la calle Rueda al 200, porque tiene niños pequeños a su cuidado, y Rocha había sido excarcelado en abril de 2021 por la Cámara Federal de Casación Penal.
Su ajustada situación procesal no les impidió celebrar el viernes por la noche una lujosa boda con más de 300 invitados. El evento incluso tuvo una “previa”, según se pudo ver en publicaciones en redes sociales, en un sector inmobiliario exclusivo sobre la costanera de Rosario conocido como Puerto Norte. Luego la fiesta se trasladó al barrio privado sobre la Ruta 34, donde tocó la agrupación de cumbia “Chanchi y los Auténticos” y la banda del cantante Sergio Torres.
Fuentes del caso indicaron que al casamiento habrían asistido personas relacionados con la familia Cantero, de la conocida banda narco “Los Monos”.
Lo que se sabe con certeza hasta el momento es que, tras la fiesta, minutos después de las 4 de la mañana, las tres víctimas se retiraron a bordo de un Audi TT que era conducido por Giménez y que en el camino fue interceptado por otro vehículo, desde el cual acribillaron al hombre y a la bebé.
Los dos fueron trasladados por otro invitado de la fiesta al hospital Eva Perón, en Granadero Baigorria, donde se constató que había muerto: Giménez recibió entre 8 y 10 balazos calibre 9 milímetros y su hija Elena al menos 6. Si bien una primera versión indicaba que Romero se había trasladado junto a ellos al hospital, otros testimonios indican que tras la balacera la mujer simplemente desapareció.
Alrededor de las 5 de la mañana, vecinos del barrio Espinillo alertaron que en un camino rural a unas 35 cuadras del salón de eventos se estaba incendiando un auto. Cuando los bomberos pudieron sofocar el incendio, encontraron en el interior el cuerpo sin vida de una mujer. El cadáver fue enviado al Instituto Médico Legal de Rosario (IML) para confirmar su identificación, pero los investigadores indican que se trataría de Romero.
Uno de los puntos que intentan esclarecer los investigadores es si los sicarios aprovecharon el momento del ataque para secuestrar a la mujer, si Romero también murió acribillada en el momento o si la interceptaron cuando intentó escoltar el auto que trasladaba a su pareja y su hija al hospital.
La investigación del triple crimen quedó ahora en manos del fiscal Gastón Ávila, e de la Unidad de Homicidios Dolosos y la Agencia de Investigación Criminal, quien envió a la Policía Científica a la escena: en el lugar se secuestraron nueve vainas servidas de calibre 9mm.
El fiscal Ávila ordenó además al Gabinete Criminalístico el relevamiento de la escena del hecho, realizar pericias fotográficas, croquis del lugar, levantamiento de rastros, toma de testimonios a personas que se encontraban en el evento, familiares de las víctimas y allegados. También requirió el relevamiento de las cámaras de videovigilancia cercanas al salón para intentar determinar la mecánica del hecho e identificar a los autores del triple crimen.