La jueza de Comodoro Rivadavia Mariel Suárez, que en las últimas horas protagoniza un escándalo en la provincia de Chubut tras visitar a un preso recientemente condenado por un tribunal que ella integró, brindó esta mañana su versión de los hechos.
“No tengo una relación sentimental con esa persona. Es una relación de tipo profesional posterior a la sentencia”, señaló Suárez esta mañana en una entrevista con TN.
El jueves de la semana pasada, Suárez pasó cerca de tres horas con Cristian Omar Bustos, alias Mai, condenado en diciembre pasado a perpetua por matar a un policía en 2009. En ese juicio, del que participó como magistrada, Suárez votó en disidencia y solicitó una pena menor.
Su visita al Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew fue registrada por una cámara. Las imágenes muestran cómo, en el rato que compartieron, la magistrada y el detenido aparentemente se besan, se toman fotos y comparten un mate y comida.
“Estábamos tomando mate, sí. Le llevé comida. Pero en ningún momento nos besamos”, señaló la jueza, que aseguró que visitó al detenido en calidad de “investigadora” por su interés de escribir en un libro la historia de Bustos, aún no escrito pero ya titulado “Los cuatro de Corcovado”.
Sobre su desempeño en el juicio, Suárez remarcó que como jueza sí lo consideró culpable del homicidio del policía Leonardo Tito Roberts, que participó del operativo para detenerlo en su casa tras fugarse de la comisaría de Corcovado, pero que solamente solicitó “una pena menor” a partir de supuestas irregularidades por parte de la fuerza en la investigación del hecho.
“Soy una persona que me dedico a la parte académica. Me surgió la posibilidad de hacer un libro con esta persona por la historia que tiene porque es un hecho donde hubo una limpieza de la escena del crimen por parte del personal policial y una posterior represión. Por eso mi voto”, explicó.
Y continuó: “Se me ocurrió a partir del contacto que tuve con la causa realizar un libro cuando me desvinculé del caso. Para poder tomar contacto con su vida, su historia, su versión de los hechos, que yo entendí creíble en el debate. No tengo una relación sentimental. Es la segunda vez que lo veía. Teníamos que mantener mucha privacidad por la índole de lo que estábamos hablando”.
“Estábamos conversando. Muchas veces nos sentíamos como que de alguna forma no escuchaban. Había charlas en secreto porque no era el ambiente propicio para que esta persona me contara todo. Había gente caminando por los alrededores y no sabíamos si la cámara nos escuchaba”, agregó. “¿No puedo interesarme por una historia? Tengo derecho a hacer un libro aunque no sea periodista. Trabajo en los medios acá en Comodoro”, se justificó al ser increpada por el periodista Guillermo Lobo.
La jueza señaló luego que en los últimos meses desarrolló un interés por la actividad periodística y aseguró que ese es el único motivo por el que visitó el penal. “Todavía no me notificaron nada. Cuando me notifiquen tengo los documentos de mi trabajo para que vean que es real. Es la primera vez que teníamos contacto y charlábamos sobre el libro”, insistió.
“Creo que llamó mucho la atención que yo lo haya humanizado y lo haya tratado bien. Yo ya cumplí con mi sentencia y arranqué otro trabajo, de investigación periodística”, agregó. “Nunca mantengo contacto con las personas involucradas en el juzgamiento. Cumplo bien mi rol como jueza, que es lo que ellos van a investigar. Llegado el momento voy a acreditar que tengo un rol académico. Voy a seguir adelante con mi proyecto”, reafirmó. “Él estaba muy emocionado con el libro”.
La seguridad interna del instituto penitenciario denunció ante la autoridad superior lo sucedido entre la jueza y el condenado en la sala que compartieron por casi tres horas y el Superior Tribunal de Justicia de Chubut (STJC) inició actuaciones administrativas contra la jueza por “conductas inadecuadas”.
Nota: Infobae