En la columna de la periodista y abogada Mabel Sánchez se entrevistó a la psicóloga Bárbara Abadi, Habló sobre los efectos de la pandemia a nivel personal y social, especialmente en adolescentes y adultos. Además de cómo se deben sobrellevar los episodios traumáticos.
En la columna de los jueves de la periodista y abogada Mabel Sánchez, se trató el tema de cómo afecta el fin de año a las personas a nivel personal y a nivel social.
Para ello entrevistó a Bárbara Abadi, Licenciada en Psicología de Universidad de Buenos Aires, con formación psicoanalítica en la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), componente de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). Secretaria Científica del Claustro de Analistas en Formación y Colaboradora en Comisión de Cultura y Psicoanálisis del Claustro.
La Licenciada Abadi comentó “estamos en un momento particular, en etapas muy difíciles. Hay una cuestión con el cansancio que se le puso este nombre de ´fatiga pandémica´, una sensación de estar exhaustos, del borde de no aguantar nunca más. Se vivió mucho también en la pandemia y en este momento se suma el cansancio, los temores, el miedo de lo que vendrá, con un grado de irritabilidad, de enojo, hartazgo. Esto afecta a las personas y en sus relaciones”.
Para la Psicóloga es fundamental hacer el balance de todo el año porque “son fechas que tienen un peso simbólico”, pero a su vez agregó “hay una cuestión sobreactuada de hacer todo en diciembre, juntarse con todos, termina el año, pero en enero seguimos estando. Esto produce que se cargan todos de ansiedad, presión. Se cargan con todo lo que no pudo hacer en todo el año”.
La psicóloga contó que los adultos quieren logar cambios en lo personal, laboral, “pero hay que ver de ser realistas y debemos transitar hasta conseguir algo, todo tiene un recorrido. Está bien ponerse objetivos a largo plazo, pensarlos, recorrerlos”.
En la entrevista comentó que es necesario disfrutar el presente, el hoy y no estar ansiosos por el porvenir. Y aclaró que también “si no hay proyectos, hay frustración”.
Por otra parte, Abadi aseguró que la mayoría de sus consultas son adolescentes y adultos. Los primeros porque sufrieron el encierro en la pandemia y los adultos van al consultorio porque van problematizados por los hijos, “ por esa dificultad de tolerar al otro con la angustia”, dijo.
Aseguró que la virtualidad es una buena herramienta pero que también se comprobó que somos seres sociales y que el cara a cara no se reemplaza.
“Los adolescentes están cansados de la virtualidad, de aplastamiento, se vieron muy postergadas las necesidades. Las salidas para un adolescente es la salida al mundo, de la familia nuclear. No es sólo recreativo. Necesitan ser mirados, contenidos, también independencia por eso es complicado”, agregó.
Acerca de los episodios traumáticos, la especialista comentó que “se debe hacer un proceso de elaboración que va necesitar un recorrido, un tiempo, pero hay que trabajar para eso. No todo el camino va ser placentero”.
Por Mabel Sánchez
Especialista en Derecho de familia - Abogada del niño.