Los especialistas estiman que la topadora aplastó a más de 300 ejemplares compuestos por pichones y huevos.
La masacre de al menos 292 pichones de pingüinos y huevos en el campo “La perla”, lindero a la reserva natural de Punta Tombo, conmueve a Chubut y llega a oídos de la comunidad internacional. Es que se trata de un área de gran valor natural, protegida por la UNESCO. Luis Alberto La Regina, el dueño de la propiedad, denunció el viernes pasado la usurpación de 40 hectáreas de su campo, donde un hombre trazó un camino con una topadora y aplastó a más de 300 ejemplares compuestos por crías y huevos. Sin embargo, detrás de la brutal matanza se esconde una disputa entre hermanos.
El conflicto se desató este viernes cuando La Regina advirtió que alguien había corrido el alambrado de su propiedad y trazado un camino con una moto niveladora, lo que provocó la matanza de los nidos. Rápidamente, el hombre dio aviso a los guardafaunas, el Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas de Chubut, quienes dieron curso a la denuncia penal.
Florencia Gómez, la fiscal a cargo de la causa, dirigió una serie de allanamientos en el lugar, de los que participaron la policía montada, criminalística e investigaciones de la comisaría de Rawson. También trabajaron allí guardafaunas, biólogos y miembros del ministerio de Ambiente y del CINPAT.
Eduardo Uzcudum, abogado de La Regina, explicó que luego del allanamiento la fiscal identificó al responsable de la usurpación del campo y de la destrucción de los nidos y, según dijo, lo dará a conocer este miércoles por la mañana. De acuerdo al letrado, se trata de un sobrino de La Regina, que tutela al dueño de la otra mitad de “La Perla”, el hermano de su cliente.
Uzcudum señaló que el hermano fue declarado judicialmente insano y es por ese motivo que es tutelado por su hijo, a quien el abogado señaló como el responsable de la usurpación y del daño ambiental.
“Corrió un alambrado y pasó una topadora. En principio hubo una usurpación del campo de mi cliente y luego se produjo el daño ambiental con los pingüinos y las crías de estos”, detalló el letrado sobre lo ocurrido.
Además, aclaró que el accionar del sobrino de La Regina no respondería a un conflicto de índole sucesorio ya que la división entre las partes se encuentra dirimida. El abogado explicó que si bien hasta el momento hay solo una denuncia penal en curso, promovida por el ministro de Ambiente de Chubut, el dueño de la propiedad evalúa denunciar penalmente al responsable de la usurpación “para deslindar responsabilidades”.
Además, Uzcudum indicó que esto podría traer aparejada también una denuncia civil para reparar los daños producidos en las hectáreas invadidas.
Daño ambiental
Jorge Pablo Garcia Borboroglu, fundador del grupo especialista de pingüinos dentro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), estuvo a cargo del informe que se presentó a la fiscalía en donde se determinó el impacto ambiental de la zona afectada.
El especialista reveló que si bien el campo usurpado no forma parte del área protegida de Punta Tombo, es de gran valor internacional ya que se encuentra dentro de la Reserva de Biosfera de UNESCO, “Patagonia Azul”, creada en 2015.
Borboroglu, también investigador del Conicet, detalló que el denunciado “hizo un trazado de 800 metros, pasó por el medio de la zona de alta densidad, aplastó los 140 nidos, y luego puso un alambrado que electrificó con un panel solar”.
El investigador del Conicet destacó que este accionar provocó, por un lado, la mortalidad directa de un centenar de pingüinos y alertó por un impacto posterior, ya que el alambrado eléctrico que se instaló en el lugar impide la circulación de los mamíferos hacia el mar.
“Se constató la destrucción de un número mínimo estimado preliminarmente en 146 nidos, tanto por aplastamiento y posterior compactación del terreno, como por el depósito de material extraído con la pala sobre nidos linderos al camino”, sostiene en el informe presentado a la fiscalía.
Y agregó: “Se estima un total de 292 pichones muertos y/o huevos destruidos, sin poder estimar aún el número de adultos que pudieran haber resultado aplastados por las máquinas dentro de sus nidos”.
“Los pingüinos estaban todos con pichones, algunos se habrán escapado en el momento del disturbio y otros quedaron aplastados junto con sus huevos y pichones”, concluyó Borboroglu.