Tiene 95 años y padece Alzheimer, pero recuerda la letra de todas sus canciones. Se presentó junto con Lady Gaga en el Radio City Music Hall donde recibió incontables ovaciones de pie.
Tony Bennett tiene 95 años y fue diagnosticado con Alzheimer. Todo comenzó cuando se dio cuenta de que no recordaba los nombres de los músicos de su propia banda y pronto comenzó a padecer los síntomas clásicos de la enfermedad. Sus admiradores, que lo siguen desde hace décadas, pensaron que ya no volverían a verlo en un recital. Pues se equivocaron. Algo bastante milagroso ocurre con él, el hombre que cantó grandes éxitos durante siete décadas: tal vez no sabe qué desayunó pero recuerda a la perfección las letras de sus canciones. Un día, en su casa, el pianista del grupo comenzó a tocar el piano; Tony, que estaba en otro ambiente, oyó la música, se acercó y cantó “Smile” como si nada hubiera pasado. El crooner estaba de vuelta, con otra versión, diferente y sutil.
Además de recordar las letras de las canciones, reconoce a su mujer, Susan, con la que lleva casado treinta años, y a sus hijos. El resto queda sumergido en una niebla opaca, acentuada por el azote de la reciente pandemia. Sin embargo, todo indica que las canciones de su vida siguen ahí, en un rincón de su memoria.
La médica que lo atiende, junto con Susan, lo alientan a cantar puesto que es una actividad estimulante y sanadora. Y él canta. Esta extraordinaria, inesperada situación generó la idea de organizar dos conciertos, tal vez los últimos, en el Radio City Music Hall, en compañía de una de las diosas del momento: Lady Gaga. La artista aceptó encantada el honor y el desafío.
Así como Bennett podía cantar íntegra cualquiera de sus canciones, no sabían los organizadores si estaría en condiciones de presentarse frente a un público numeroso. Lady Gaga comentó: “Él me decía ‘Querida’; no sé si sabía quién era yo ni me importaba”. Ella encontró la manera de comunicarse con él haciéndole preguntas simples y los ensayos funcionaron a la perfección. Ambos habían grabado un álbum como dúo en 2014 y otro en 2018, que acaba de ser puesto a la venta.
El día del estreno la sala agotó las 6000 localidades y cuando Bennett entró a la sala el público entero le cantó el “Happy birthday”. Gaga abrió el show, magnífica como siempre, mientras Susan acompañaba a Tony en el camarín y lo tenía al tanto de lo que ocurría en escena. Cuando llegó la hora, ella lo acompañó al escenario, él tomó el micrófono y se levantó el telón. La ovación que recibió fue colosal y él, con su legendaria sonrisa, comenzó a cantar. Hubo un par de breves traspiés que el público ignoró y en cambio le ofreció no menos de veinte ovaciones de pie durante su actuación.
Cuando llegó el momento de presentar a Gaga, ella entró en el escenario y le dijo “Hola, Tony”. Él sonrió, como si estuviera sorprendido y anunció “¡Lady Gaga!” Ella se emocionó y dio un giro que hizo volar la amplia falda de su vestido plateado. “Qué lindo”, dijo él. “Hazlo de nuevo”. Ella obedeció y volvió a girar. Resulta difícil ver esa escena y contener el llanto.