Agradecer es una forma de conectar con el camino transitado, con las experiencias vividas, con la gente que te abrazó y te tendió una mano. Agradecer es sembrar buenos deseos en los demás y seguir el andar conectados desde el éter.
Uno nunca habla de los lugares queridos, por los que transita la vida, desde la objetividad, por el contrario, lo hacemos desde el afecto, desde los sentimientos encontrados, desde las batallas o las conquistas, uno lo hace desde las entrañas, pasa por el corazón y en la cabeza trata de acomodar el maremágnum de ideas y emociones para luego volcarlas al papel o en este caso a la virtualidad.
En este mes en el que me encargué de mostrar a los otros y otras, le pongo un punto final a los 71 años de la emisora desde mi propia experiencia.
No puedo decir que todo se circunscribe a mis casi 15 años de radio en la web, todo empezó mucho antes y es que si había una radio en la infancia era la LV16, crecí con los tangos de mi Fredy querido, y mientras comía galletitas Rumba miraba a mi papá trabajar en su ferretería, desayuné con mamá, durante 10 años, escuchando a los muertos contados por el locutor de turno. Yo miraba la radio cuando iba al Cristo Rey y mientras la escuchaba desde el auto, me preguntaba si por estar al lado la sentiría más fuerte.
Con mi amiga Valeria nos animamos a ir a hablar con Daniel Gitto porque queríamos trabajar en su programa “RPM” y Él, con su generosidad inmensa, nos dejó crear. Sentíamos que tocábamos el cielo y por eso creamos y soñamos, durante un año, historias maravillosas, informes, hasta me atreví a escribir el primer programa de sexo en los años 90´ cuando todavía la pacatería nos limitaba, pero había que adelantarse al tiempo que se venía.
Y así como me fui, un día tuve la posibilidad de volver, gracias a Sebastián Gelain.
Regresé a escribir en la web de la radio y durante todos estos años he tenido la posibilidad de trabajar con mujeres y hombres increíbles, maravillosos, mal humorados, quejosos, raros, excelentes, amorosos, graciosos, estudiosos, callados, parlanchines, vagos, trabajadores, curiosos.
La vida misma ha pasado en mi querido espacio de la web, aprendí mucho, a defender mis ideas, pero también entendí que hay luchas que hay que dejar ganar a los otros, desde mi humilde lugar comprendí que el trabajo en grupo es el más valioso y si se escucha al otro, entre todos podemos concretar sueños más grandes, que al ego hay que mantenerlo a raya no sea que se te suba a la cabeza y trate mal a algún corazón, que la palabra siempre puede construir, que si hay ganas siempre se puede ir más allá, que no hay que esperar por lo que queremos, hay que salir a buscarlo, que desde el respeto todas las puertas se abren, que desde la apatía el alma se inunda de tristeza y una sonrisa puede acercar puntos de vista.
La radio es un lugar que elijo, tengo esa fortuna, mis mañanas son en la radio, tengo compañeros y compañeras empáticos, con los que puedo hablar de la vida, que tienen palabras bonitas cuando uno está cabizbajo y que te arrancan carcajadas ante las situaciones bizarras.
La radio son momentos únicos, que he vivido allí adentro, como cuando entrevisté a Eliana Alcaraz y luego me invitó a su casamiento, la primera unión civil de Río Cuarto, es la Koki, una de las primeras pasantes que tuve a mi cargo, subiéndose a una de las cúpulas de la San Francisco para sacarle una foto a una modelo o cubriendo un parto en la maternidad, es el Facu que me dio la bienvenida a la web y quien luego se transformó en uno de mis grandes amigos, es Marquitos mostrándome a Fabián Show y terminar tirada en el suelo riendo, es Dafne con su amor por el periodismo y sus ansias de aprender, es Maga con sus historias tejidas en voz baja, es Florencia y sus recorridas en la rural, Majo y su sabiduría silenciosa, Pía y su alegre verborragia, Viqui y el adn de una productora inmensa, es Rubén Lucero regalándome cuentos para la web y es la noticia de que encontraron a Ale Flores, es escribir sobre mujeres, mostrarlas, contar acerca de lo que fluye desde su caras lavadas, es la pregunta del pan con qué que todos querían responder, son las historias chiquitas que fui escribiendo, son las vidas de esos entrevistados que muchas veces hacen grandezas a la sombra del estrellato.
La radio es un trabajo que sigo realizando por amor, no he concretado grandes hazañas desde mi profesión, pero sí sé que desde este espacio pude poner pasión a mis escritos, pude alzar la voz desde mis posicionamientos, pude mostrar a los que tenían algo para decir, he llorado y reído con los entrevistados, he abrazado fuerte, se me ha partido el corazón ante la despedida de los compañeros y compañeras y sé que en muchos pude legarles un poquito del fuego que se necesita para elegir a diario esta profesión…
Quisiera nombrar a todos y todas los que me acompañaron en estos 14 años, pero en presente los nombro a mis compañeros de ruta Nico, Caro, Nati, Virginia y Pablo, las caras invisibles de la web que a diario ponen lo mejor de sí mismos, que hacen mejor a esta radio de 71 años…
Gracias a todas y todos mis compañeros, besos al cielo a mi querido Fredy al que le sigo cuidando su lugar porque sé que en noviembre me siguen llegando sus jazmines…
Felices 71 años Radio Río Cuarto, me gusta tener un lugar en tu historia, allí en el fondo de la radio, donde se oye el teclear fuerte y mis gritos agudos piden ayuda al informativo, es lindo saber que uno también ha puesto su semilla, la mía se llama GRATITUD…