La farmacéutica basó sus informes en un amplio estudio mundial que señala que su fórmula es más eficaz cuando se administra como régimen de dos dosis. Otros datos indican que la eficacia de la vacuna no disminuye.
La empresa Johnson & Johnson anunció este martes que su vacuna contra el COVID-19 es más eficaz cuando se administra como régimen de dos dosis, y que otros datos de un amplio estudio mundial indican que su eficacia no disminuye con el paso del tiempo. El informe, dado a conocer por la farmacéutica norteamericana, indica que aquellas personas que reciben una inyección de refuerzo están mejor protegidas contra el coronavirus durante un periodo más largo.
De acuerdo a los datos proporcionados por la compañía, la vacuna de una sola dosis ha demostrado un 66% de protección contra la enfermedad moderada y grave en todo el mundo. Sin embargo, los nuevos datos indican que cuando una persona recibe un refuerzo dos meses después de recibir la primera dosis, la protección contra COVID-19 aumentó al 94%.
El mismo estudio indica que una dosis de refuerzo de J&J administrada seis meses después de la primera inyección parece ser potencialmente aún más protectora contra el COVID-19, dijo la compañía, generando anticuerpos doce veces más altos cuatro semanas después del refuerzo, independientemente de la edad de la persona que recibe la fórmula. De acuerdo a la compañía farmacéutica -una de las más grandes del mundo- cuando se administró como refuerzo, la vacuna fue bien tolerada, y los efectos secundarios fueron en general los mismos que los observados tras la dosis inicial.
“Ahora hemos generado pruebas de que una inyección de refuerzo aumenta aún más la protección contra COVID-19 y se espera que amplíe la duración de la protección de forma significativa”, señaló Paul Stoffels, director científico del laboratorio norteamericano en un comunicado. Con los nuevos datos proporcionados por la firma, se espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) pueda dar vía libre a recomendar un refuerzo de la fórmula de Johnson & Johnson, mientras se debate la aplicación de una tercera dosis de las rivales Pfizer y Moderna.
La tasa de eficacia del 94% de la vacuna de refuerzo de J&J corresponde a un estudio elaborado en los Estados Unidos, según la empresa. Pero llamativamente, en todo el mundo, una vacuna de refuerzo administrada unos dos meses después de la primera dosis tiene una eficacia del 75% contra la infección sintomática, según la empresa. También demostró una eficacia del 100% contra la enfermedad grave y crítica, según el comunicado.
“Es fundamental dar prioridad a la protección del mayor número posible de personas contra la hospitalización y la muerte, dada la continua propagación del COVID-19 y de las variantes que están surgiendo rápidamente. Una vacuna contra el COVID-19 de una sola dosis que sea fácil de usar, distribuir y administrar y que proporcione una protección fuerte y duradera es crucial para vacunar a la población mundial”, agregó Stoffels.
Refuerzo de Pfizer
Se espera que los organismos reguladores de Estados Unidos autoricen a principios de esta semana una tercera inyección de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer Inc/BioNTech SE para los estadounidenses de mayor edad y algunos de alto riesgo, a tiempo para que el Gobierno de Joe Biden pueda distribuirlas el viernes, como estaba previsto.
Se espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dé luz verde a las vacunas, al menos para este grupo, en los días previos a una reunión de asesores de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) prevista para el miércoles por la tarde. El comité de los CDC debatirá recomendaciones más precisas sobre la forma de administrar las vacunas.
El viernes, un comité consultivo de la FDA votó a favor de recomendar la autorización de emergencia de las vacunas adicionales de Pfizer para los estadounidenses de 65 años o más y para los que corren un riesgo elevado de padecer enfermedad grave.
El comité había decidido anteriormente no recomendar una aprobación generalizada, diciendo que no había suficiente pruebas para avalar un uso amplio, y que necesitaban ver más datos de seguridad, especialmente en lo que se refiere al riesgo de inflamación del corazón en personas más jóvenes después de la vacunación.