Así lo indicó el Ingeniero Gabriel Prietto, del Inta Arroyo Seco. Señaló que la inoculación se hace con bacterias que se agregan a las semillas en el momento de la siembra.
Así lo indicó el Ing Gabriel Prietto, del Inta Arroyo Seco. Señaló que la inoculación se hace con bacterias que se agregan a las semillas en el momento de la siembra. Dijo que puede ocurrir algo similar con cultivos como soja, maní, alfalfa, arveja, lenteja, garbanzo, porotos, entre otras leguminosas. Señaló los pasos para una adecuada nutrición del suelo.
Estudios recientes indican que inocular legumbres de invierno es la práctica con mayor retorno de inversión, en donde el nutriente del nitrógeno tiene un papel fundamental en la eficiencia. En tanto, para fijarlo la forma más económica es agregarle a las semillas bacterias en el momento de la siembra para incorporarlo al tejido vegetal, según indicó el Ing Gabriel Prietto, del Inta Arroyo Seco. El Ingeniero es parte de la Mesa de Nutrición Biológica, Magister en Cs. del Suelo. Jefe AER INTA Arroyo Seco, especializado en legumbres.
A partir de ensayos de campo, se detectó que mientras el retorno económico en suelos sin inocular, es alrededor del 80%, en campos con antecedentes de legumbres donde se supone que hay una población de bacterias en el suelo, los retornos están en el orden del 400% y 500%.
“En el caso de la arveja, sin inocular nos va a dar 1500 kilos e inoculada 3000 kilos”, indicó el especialista.
Además explicó la posibilidad de que esta práctica se traslade a los típicos cultivos de Río Cuarto como maní y maíz.“La diferencia va a estar en lotes que no tienen antecedentes de legumbres. Las únicas especies con las que se puede realizar la inoculación son las leguminosas como soja, maní, alfalfa, arveja, lenteja, garbanzo, porotos, etc”, señaló.
Dijo que la aplicación se hace con bacterias que ya vienen comerciales en el momento de la siembra. “Las bacterias son organismos vivos, no son un fertilizante”, añadió.
Por esto, el ingeniero indicó que hay que tener mucho cuidado, y seguir al pie de la letra las recomendaciones de los fabricantes.
“Es una bacteria que viene viva y debe continuar viva hasta que este en el suelo. Esto es aplicable a las leguminosas. En el caso del maíz y trigo, no”, aclaró.
Por último dijo que los pasos para una adecuada nutrición además de la inoculación, es realizar un buen análisis del suelo para determinar la oferta de otros nutrientes como fósforo, que es el que más responde luego del nitrógeno.