Julián, un joven de 23 años, cautivó a los Montaner padre e hijos con una versión íntima de un tema de Coldplay.
Continúan las audiciones a ciegas en La Voz Argentina y siempre hay lugar reservado para la sorpresa y la emoción. Diferentes talentos de diferentes partes del país, y el continente, llegan al reality de Telefe con sueños por cumplir y confianza en lo que tienen para dar. De espaldas, Ricardo Montaner, Soledad Pastorutti, Mau y Ricky y Lali Espósito los escuchan sin ver y el gran desafío es que se den vuelta. Cuando eso sucede, el contacto cara a cara abre la puerta a nuevos desafíos, que en algunos casos vienen con el valor agregado de la superación personal.
En el programa del martes, esta situación se vivió con la historia de Julián Esion. El joven de 23 años oriundo del barrio de Versailles arribó a la audición con una dura historia de vida. “Mis viejos fallecieron cuando tenía un mes y dieciocho días”; contó durante la presentación. Desde entonces reforzó el vínculo familiar: quedó al cuidado de su abuela, que lo crió desde entonces, y llegó a la prueba acompañado por su tía Judith y su hermano Martín.
Julián también traía un pasado de frustración en el certamen. Participó en la edición 2018, donde interpretó “Thinking out loud” de Ed Sheeran, pero en aquella oportunidad las sillas no se dieron vuelta. “Sigue adelante y permítenos la posibilidad de habernos equivocado al no elegirte”, sentenció Montaner durante la devolución para alentarlo.
“Sentí que me fallé a mí mismo y vuelvo a buscar la revancha”, expresó Julián tres años después y tomó aquel consejo como un desafío. Eligió otra vez un repertorio en inglés -”Yellow”, de Coldplay-, pero cambió de estrategia. Subió al escenario armado con su guitarra criolla y entregó una versión acústica, íntima y personalísima que fue lo que terminó de cautivar al jurado. “Amo que no se parece a la original”, apuntó Mau durante la interpretación, antes de apretar el botón de aprobación casi al mismo tiempo que lo hizo su padre.
Ya más relajado, a Julián se le dibujó una sonrisa mientras sus familiares se abrazaban con el conductor Marley en el backstage. Sin embargo, el artista no estaba del todo satisfecho con su performance: “Estoy triste y muy feliz a la vez. Feliz porque me dieron la oportunidad de darse vuelta y triste porque tuve un día muy complicado personalmente. No canté como me hubise gustado y agradezco que mas allá de los errores se hayan dado vuelta”, señaló. “Sos muy exigente, porque lo hiciste muy bien de verdad”, lo interrumpió La Sole. “Te veo cara conocida”, agregó la de Arequito, y allí Julián contó su experiencia en el ciclo.
“Me da demasiada felicidad que hayas vuelto y lo hayas intentado de nuevo. No mucha gente lo hubiera hecho. Se nota que tiene ganas”, lo felicitó Mau. “Sentí que cantaste con mucho sentimiento. Pararse ahí con la guitarra, tocar una canción en la que no te pareciste a Chris Martin fue lo que mas me gustó”, añadió su hermano y continuó con su devolución: “Lo más fácil cuando uno canta una canción de Coldplay, es caer en imitar lo que en mi opinión es perfecto. Escuché una versión diferente y no pude resistir a apretar el botón”, sentenció.
Julián agradeció cada palabra y ahora la decisión estaba de su lado. Tenía que definir en qué equipó seguir su aventura en La Voz Argentina. Dudó unos segundos y hasta que lo resolvió: “Vamos con los chicos”, afirmó en relación a Mau y Ricky. Después, el abrazo familiar, y la emoción por la revancha. “Tenía ganas de volver a intentarlo”, celebró con los suyos. “Pensá en la siguiente etapa que va a ser mejor todavía”, lo alentó Marley de cara a lo que vendrá: un nuevo desafío para el joven artista de Versailles.