La panelista de LAM continúa varada en Miami. Volvió a criticar los festejos en el Obelisco por la consagración de la Selección.
“¿Alguien me podría explicar por qué la gente se puede juntar a festejar en el Obelisco y los argentinos que están fuera del país no pueden volver? ¡Gracias! Albertico (sic), ¿en el Obelisco no te contagias? ¿Serías tan amable de explicarme?”, había dicho el domingo Yanina Latorre, varada en Miami desde hace unos días, en referencia a las celebraciones en las calles por la Copa América y en un claro mensaje al presidente Alberto Fernández.
Ahora, en un móvil para Los ángeles de la mañana desde Estados Unidos, la panelista del ciclo defendió su posición y contó que su marido, el comentarista deportivo Diego Latorre, se sometió a distintos controles al arribar a la Argentina hace una semana, por compromisos laborales. “Lo buscaron a Diego a ver si estaba en casa, dos veces”, acusó Yanina, explicando que había cumplido “porque además, denuncian enseguida”.
Fue entonces cuando expuso su mirada con una polémica frase: “El problema no son los que volvemos de viaje, que tenemos la cultura suficiente como para entender de quedarnos en casa siete días. El problema son los piquetes, las manifestaciones, en los lugares más humildes que la gente toma mate, lo comparte, no usa barbijo. La verdad, chicos...”, declaró.
Su palabra de inmediato tuvo repercusión. Consultada por Teleshow, Yanina afirmó que sus dichos fueron malinterpretadas de manera intencional, con el único fin promover el odio y el rencor hacia los argentinos que viajaron al exterior, en su caso, con el fruto de su trabajo y el de su marido. En ese sentido, aclaró que, lejos de dirigir su visión hacia un sector en particular, simplemente hizo una enumeración de las situaciones que pueden hacer crecer los contagios, remarcando que en algunas zonas, por falta de información, se realizan prácticas que facilitan la propagación del virus.
La panelista y el ex futbolista habían viajado a Miami a principios de junio junto con sus hijos, Diego y Lola, para vacunarse contra el coronavirus. “Estoy recontenta, removilizada. Ayer fue un día muy lindo, en familia, todos juntos. Bajarnos del avión, poder vacunar a los chicos, a Dieguito tan chiquito...”, había dicho la panelista, que tenía turno para darse la segunda dosis el 28 del mes pasado, y cuya idea era regresar al país apenas la inocularan. Sus hijos se quedarían en Estados Unidos hasta agosto, estudiando.
Sin embargo, las restricciones a la cantidad de pasajeros provenientes del exterior hizo que Yanina ingresara en la larga lista de los argentinos varados en el exterior, aguardando entrar al cupo diario para poder volver al país.
Preocupada por esta circunstancia, Latorre expresó su bronca y también apuntó contra los festejos en la vía pública por la consagración de la Selección de Lionel Messi. “Le mandé un par de mensajitos a Albertico, tuits, a ver si me los contesta. Ponete media pila, contestame -dijo en un video posteado en Instagram-. Estoy indignada con lo del Obelisco. Acá te grité en el balcón, festejamos, porque basta de responder pelot..., manga de resentidos. Al final, estoy descargando la ira. El festejo en el Obelisco y el COVID, como en el velorio de Maradona, y a la gente no la deja volver a su casa. No lo entiendo, Albertico, contame, amor, ¿quién te aconseja?”.
En esa línea, le dio un consejo al plantel argentino comandado por Scaloni: “Parece que los jugadores no lo recibieron (al Presidente), no sé si por la burbuja o porque no quieren. No se dejen usar políticamente por este Gobierno, chicos. Porque ahora viene Albertico, los usa, y sigue el gobierno populista para que los planeros lo sigan votando. Nosotros no le interesamos, amor”.
Y continuó, con furia: “Albertico, contame. Le voy a escribir a Cristina, peor... no sé si me contestaría. Alberto sí, porque ya somos amigotes, nos conocemos. Me cae muy bien Alberto, pero como Presidente, no. Voy a hablar con Cristinita. Quiero saber, quiero que alguien me diga por qué no podemos volver”.
Desde fines de junio, con el fin de frenar el avance de las nuevas cepas de coronavirus, rige en el país un “cepo aéreo” que pone límite a la cantidad de personas que pueden ingresar a diario al país. El cupo comenzó siendo de 600 pasajeros, lo que significaba una reducción del 70% respeto a los dos mil que ingresaban antes. Hace unos días se flexibilizó, permitiendo la entrada de 742 por jornada, y se espera que hacia fin de mes el número suba a mil.
Además del cupo de ingresantes al país por vía aérea, la disposición implica un cierre de fronteras que podrá ser alterado solo por excepciones dispuestas por la Dirección Nacional de Migraciones, “cuando concurran especiales y acreditadas razones humanitarias que así lo ameriten”, con autorizaciones de Salud y Cancillería. Y los gobiernos provinciales podrán proponer, “de modo excepcional y transitorio” y “por razones de urgencia o humanitarias”, la apertura de pasos fronterizos ubicados en su territorio, en consulta con Salud y Migraciones, estableciendo además “un corredor seguro”.
Por otro lado los argentinos que regresen desde el exterior hasta el 31 de agosto deberán aislarse en lugares que determinen los gobiernos provinciales y de CABA, durante 10 días, contados desde el testeo realizado en el país de origen.