Las ranas se asocian comúnmente con cuentos de brujas y maldiciones, y esto nos hace menospreciarlas. A los niños se les dice: "si tocas una rana, te saldrán verrugas...". Esto crea un triste mito generación tras generación que promueve su desprecio, abuso y aniquilación. Hoy en todo el mundo, el número de ranas está disminuyendo de forma alarmante y eso debe cambiar. Estos hermosos seres, tan importantes en nuestros ecosistemas, deben ser dignificados, y eso es precisamente lo que busco a través de la fotografía, que se vean casi humanos, que su imagen impacte, que la gente se enamore de ellos. En mi foto, esta rana aparece tímidamente en la escena, incluso con miedo de ser descubierta y destruida, pero con la esperanza de que finalmente empecemos a amarla. Debemos amar a todos los seres vivos, todos son obras maestras de la naturaleza que deben ser respetadas y amadas tanto como nos amamos a nosotros mismos.
Fotografía galardonada el primer premio en la categoría Animal Portraits de la competición Nature Photographer of the Year 2021

National Geographic