"Pasaron 35 años y recuerdo todo como si fuera hoy. Cuando desayunábamos me encuentro con el "Bocha" (Ricardo Bochini) que muy expresivo me decía que iba a ser titular. Nadie quería perderse ningún partido, el plantel dejó todo adentro de la cancha por el bien nuestro y por el del fútbol argentino entero" marcó Enrique.
El 22 de junio de 1986 se escribió una de las páginas doradas más importantes del fútbol con los goles de Diego Armando Maradona a Inglaterra, el mismo Enrique fue el protagonista que cedió la pelota al astro argentino para que éste lleve a cabo su obra: "Yo siempre digo que el mejor gol de la historia de los mundiales nació en mis pies, je. Cuando terminó el partido fuimos al antidoping junto a Diego, el me esperó y cuando llegamos al vestuario todos lo felicitaban y yo me asomé por atrás y dije ¿Todos lo saludan a él y yo que le dí el pase?, obviamente lo hice en chiste".
"El único que podía hacerlo era Diego Maradona, nadie más. Va a ser difícil que alguno repita algo parecido, ojalá sea Messi en el próximo Mundial" sostuvo el nacido en Burzaco.
No hace falta recordar que en el mismo compromiso, el 10 hizo la denominada "Mano de Dios". El exmediocampista de River, Lanús y Deportivo Español narró lo que vieron durante y después de esto: "Ninguno se dió cuenta de que el gol había sido con la mano, ni siquiera el árbitro lo vió. Utilizó toda la magia del potrero, superó hasta al arquero. Después del partido nos lo contó y hacía chistes con eso, pero siempre fue muy respetuoso de los rivales".
Héctor Enrique tuvo participación en cinco de los siete partidos que jugó Argentina en México 86: contra Italia, Bulgaria, Inglaterra, Bélgica y Alemania
La Guerra de Malvinas es una herida que no se cierra, el "Negro" aseguró que en el momento no pensaban en eso pero claramente con el correr del tiempo adquirió mucha más importancia: "Los campeones del 78' hicieron un gran campeonato y nos mostraron el camino a los que veníamos para alcanzar nuevamente la gloria. Nosotros no tomamos como una guerra el partido contra los ingleses pero sí era algo muy especial, corrimos y metimos más que nunca pero festejamos de manera muy medida". Y agregó: "Lo único que queríamos era ganar, para demostrarle lo contrario a muchos que decían que íbamos a México de vacaciones. Ese encuentro quedará en la memoria y el corazón de todos. Mejoramos en cada partido, contra Uruguay también fue especial porque nos conocíamos mucho y ganar fue importante para lo anímico".
Fue determinante en su definición sobre su relación con Maradona: "Tuvimos una amistad pura y sincera, jamás me colgué de su fama ni para dar notas. Cuando me preguntan cómo fue jugar con él, yo digo: 'Es como estar cenando con tu familia en la mesa y que de repente llegue Jesús a comer con vos".
En simultáneo con la "Albiceleste", el exfutbolista se destacó en River donde obtuvo dos campeonatos de Primera División, la Copa Libertadores, Copa Intercontinental y Copa Interamericana.
A su vez, habló acerca del gran estratega de aquél combinado que representó al país en tierras aztecas: "Bilardo fue un maestro total y nunca festejó nada, ni siquiera cuando ganamos la final contra Alemania porque nos habían hecho dos goles. Siempre nos daba tranquilidad y seguridad porque ya estaba todo trabajado y le daba libertad al jugador para que se suelte cuando tenía la pelota".
El "Doctor" fue conocido por tener muchas "costumbres" para cada cotejo, el "Negro" se refirió a las más particulares: "Una de las cábalas era que cuando estábamos en el micro, yendo hacia el estadio donde jugaríamos, no nos podíamos cruzar con un semáforo en rojo y si había uno, el le gritaba al chofer ¡PARÁ, PARÁ, PARÁ! para que frene y se ponga verde, nadie entendía nada. Otra era que siempre tenía que sonar el teléfono cuando entrábamos al vestuario, el que contestaba tenía que decir 'Está todo bien'"
En total disputó 11 partidos con Argentina entre 1986 y 1989 sin marcar goles.
Por último, se refirió a la actualidad de la Selección Argentina y su participación en la Copa América, confirmó su respaldo a la actual conducción y marcó los aspectos que menos le atraen de la táctica: "A Scaloni lo apoyé desde el principio, hay que sostenerlo porque no es fácil trabajar en la Selección. Está haciendo cosas que me gustan como poner más volantes porque suma al juego y es donde más se tiene que tener la pelota. No me gusta cuando dan pases horizontales y se perfilan hacia atrás en vez de hacerlo para adelante".