Con un triunfo contundente de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires, que deja al intendente de Tigre en una posición de privilegio de cara al recambio presidencial, el Gobierno profundizó ayer su derrota en las elecciones legislativas.

Como había sucedido en las primarias, el oficialismo cayó en la mayoría de los distritos del país, incluidos los cinco más poblados, y quedó en una situación política incómoda para afrontar los últimos dos años de mandato de Cristina Kirchner.

En una votación signada por la ausencia de la Presidenta, de licencia por problemas de salud, la derrota del Gobierno se hizo sentir especialmente en la ciudad de Buenos Aires: el Frente para la Victoria perdió la banca por la minoría en el Senado, a manos del candidato de UNEN, Fernando "Pino" Solanas.

El kirchnerismo logró, de todos modos, conservar la mayoría en ambas cámaras del Congreso. Ganó 14 de las 24 bancas en disputa en el Senado y 48 de las 127 de Diputados. Contando escaños propios y aliados, tendrá una bancada de 40 legisladores en la Cámara alta y de 132 en la Cámara baja.

Tendrá una bancada de 40 legisladores en la Cámara alta y de 132 en la Cámara baja.Única fuerza con presencia en todas las provincias (con excepción de La Pampa), el Frente para la Victoria se mantuvo también como la agrupación más votada a nivel nacional. Ese dato y el de la mayoría parlamentaria fueron destacados ayer por el oficialismo para relativizar la derrota.

La gran sorpresa del día la dio el Frente de Izquierda, que, con la obtención de tres bancas (en las provincias de Salta, Buenos Aires y Mendoza), concretará el regreso del trotskismo al Congreso, después de ocho años.

El protagonista de la jornada, Massa habló después de las 22.30, cuando el escrutinio le aseguraba un triunfo del 43,8 por ciento de los votos y una diferencia de 11,7 puntos sobre la lista kirchnerista, encabezada por el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, que sacó el 32,1. El tercer lugar quedó para Margarita Stolbizer, con el 11,9.

En un discurso con tono presidencial, el líder del Frente Renovador convocó a todos los sectores a discutir políticas de Estado para los próximos diez años. "Millones de votos nos obligan a empezar a cruzar la frontera y a recorrer la Argentina", dijo, en la única referencia directa a sus aspiraciones presidenciales.

Ante la ausencia de la Presidenta, el maestro de ceremonia en el comando del Frente para la Victoria fue el vicepresidente Amado Boudou, que reconoció resultados adversos "en algunos distritos", pero festejó que el oficialismo se hubiera mantenido como la fuerza nacional más votada. Antes de empezar una ronda de contactos con dirigentes kirchneristas que lograron victorias en sus provincias, dijo que Cristina Kirchner "se está preparando para volver con toda la fuerza".

El primero en hablar en el búnker oficialista había sido el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, figura central del último tramo de la campaña kirchnerista y otro de los que aspiran a suceder a Cristina Kirchner. En un claro alineamiento con la Casa Rosada, el mandatario asumió la derrota como propia y prometió seguir trabajando "codo a codo" con el gobierno nacional, para "cuidar los logros" y "corregir lo que haya que corregir".

Los resultados en los distritos más importantes del país también dejaron en la línea de largada de la carrera presidencial a tres dirigentes de la oposición no peronista: Mauricio Macri, Hermes Binner y Julio Cobos. Los tres ampliaron las victorias que habían conseguido en las PASO.

Tras conocerse las cifras oficiales, el jefe de gobierno porteño se convirtió en el primer dirigente en lanzar su candidatura presidencial. Lo hizo luego de que se confirmó que Pro se había impuesto tanto en la elección para el Senado como en la disputa para Diputados.

La lista integrada por Gabriela Michetti y Diego Santilli, ambos senadores electos, ganó con el 39,2 por ciento de los votos, con una distancia de más de 11 puntos sobre la boleta de UNEN, encabezada por Solanas. Pino le ganó a Daniel Filmus la batalla por la banca para la minoría. En la categoría de Diputados, la nómina encabezada por Sergio Bergman se impuso con el 34,5 por ciento y aventajó por más de dos puntos a la lista de Elisa Carrió. Con el segundo puesto, la dirigente ve debilitado su sueño presidencial.

Más contundente fue la victoria de Cobos en Mendoza. El ex vicepresidente se alzó con el 47,7 por ciento de los votos y más de veinte puntos de diferencia sobre el candidato kirchnerista, Alejandro Abraham. Se consolidó así como la figura excluyente del radicalismo de cara a 2015. A la hora de enfrentar a la prensa, Cobos se mostró cauto y no hizo referencias a 2015.

En Santa Fe, Binner se impuso con el 42,4 por ciento y 15 puntos de ventaja sobre la lista de Pro, encabezada por Miguel del Sel. Como había sucedido en las primarias, el Frente para la Victoria quedó relegado al tercer lugar, con la candidatura del ex gobernador Jorge Obeid. Con el ataque de bandas de narcotraficantes a la casa del gobernador Antonio Bonfatti como antesala de los comicios, Binner acusó al gobierno nacional de haber querido poner de rodillas al socialismo de Santa Fe.

Otro de los que pretendían posicionarse en la carrera presidencial era el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota. El oficialismo provincial ganó con el 26,5 por ciento de los votos, pero la victoria del candidato Juan Schiaretti fue demasiado ajustada como para apuntalar las aspiraciones presidenciales del gobernador. El segundo lugar quedó para el radical Jorge Aguad. La kirchnerista Silvia Scotto logró desplazar del tercer lugar al postulante de Pro, Héctor Baldassi.

En todo el país, el kirchnerismo perdió en 13 distritos, incluido Santa Cruz, y se impuso en once. En comparación con las primarias, logró revertir las derrotas de dos provincias, La Rioja y San Juan, y cayó en una tercera, Jujuy.

Los resultados más auspiciosos para el Frente para la Victoria se dieron en Chaco y Entre Ríos. Ambos candidatos suplentes al Senado, los gobernadores Jorge Capitanich y Sergio Urribarri ampliaron la victoria que habían obtenido en las PASO y se consolidaron como posibles candidatos del oficialismo para suceder a Cristina Kirchner. El mandatario chaqueño se impuso con un aplastante 60,3 por ciento, mientras que Urribarri ganó con el 46,2.

Todavía más amplio fue el triunfo de la lista impulsada por el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, a quien la Corte Suprema le acaba de negar la posibilidad de una nueva reelección. El oficialismo provincial se impuso con el 75,7 por ciento, en lo que constituyó la victoria más contundente en todo el país.

El Gobierno también festejó triunfos claros en Río Negro, donde la lista liderada por Miguel Pichetto superó el 50 por ciento; en Formosa, con una victoria del 55,2 por ciento, y en Tucumán, donde el oficialismo se impuso con el 46,9 por ciento.


Fuente: LANACION.com.ar