Leonor Schwadron también contó que vivió “con mucha angustia” la internación de su hijo Jonatan Viale, afectado por el coronavirus.
“No me conocía con tanta fortaleza. Parece que el hecho de sostener el crecimiento de mis hijos, que en este momento hay que apoyarlo mucho, hace que yo esté más fuerte todavía. Entonces, ellos son sostén de sí mismos, pero yo les aporto. Y eso me hace muy bien”, dijo Leonor en diálogo con Pía Shaw en para el programa El Espectador (CNN Radio).
“Gracias a Dios, Jony (Viale) se curó de su covid. Estuvo en cámara con su hijo Romeo, babeándose, y babeándonos todas sus abuelas”, contó en relación al alta de su hijo. Sin embargo, contó que el hecho de su internación lo vivió “con mucha angustia. Él no quería transmitir y se comunicaba con Ivana, su hermana. No quiso que yo hablara con los doctores. Yo me angustiaba y me ponía ansiosa pero, por suerte, pudo salir adelante. Es joven”.
Luego, habló de quien fuera su pareja por 53 años, Mauro Viale: “Yo digo que el mejor legado que nos dejó son dos: uno, el amor, el respeto y el cariño y la defensoría de su familia, que extraño mucho. Y luego, el trabajo. Padre de familia pero maestro para los chicos, creo todos hicieron escuela, tantos están trabajando ahora en tele gracias a los modelos que él transmitió. Así que tengo el orgullo de ser y seré por siempre la esposa de Mauro Viale”, enfatizó Leonor.
La mamá de Jonatan e Ivana también recordó cómo fueron los días previos al fallecimiento del histórico periodista: “Él no se dio cuenta que tenía fiebre. Se sentía mal, pero como es un soldado fue igual a trabajar. No se dio cuenta de la gravedad del cuadro. Se había dado la vacuna Sinopharm y no estaba muy bien. Eso le hizo peor y le colapsaron los dos pulmones. Le dio una neumonía bilateral”, contó.
A su vez, Schwadron hizo memoria sobre la última vez que lo vio a Mauro conduciendo su programa de televisión: “Vimos todos que se le cerraban los ojitos. Alexis le gritaba por la cucaracha: ‘¡Te estás durmiendo, te estás durmiendo’. Pero él no lo advertía, porque con los 39 y medio que tenía... Cuando llegó a casa, Ivana le puso paños fríos hasta que vinieron a buscarlo, dijo.
“Pero no quería saber nada con internarse. Hasta que lo convencieron del personal de la obra social: le avisaron que si él seguía así, se le iba a hacer un taponamiento cerebral. No le iba a llegar oxígeno al cerero y se podía morir”, agregó.
Pese a que destacó la buena atención, Leonor también apuntó contra una decisión en la clínica que pudo haber influido en el destino desfavorable de Viale: “Solo tengo una pequeña queja. Estaba con ese cuadro de tanta descompensación pulmonar en terapia intermedia, con provisión de oxígeno. Y no sabemos por qué razón y quién decidió bajarlo a sala común. Y ahí no tenés el monitoreo permanente. Si se hubiera dado el monitoreo, lo hubieran asistido más rápido”, dijo Leonor. Y cerró: “El domingo hasta las 4 de la tarde estaba bien. Hubo una desconexión, se hizo un vacío y bueno... llamaron los médicos para informar a Jonatan, él fue a verlo para constatar. No lo podíamos creer”.