El actor abandonó la Argentina hace dos años y medio, amparado en la imposibilidad de ser extraditado: la actriz Thelma Fardin lo acusa de violación. Hoy lleva adelante una vida completamente normal, dividiendo su rutina entre San Pablo y Río de Janeiro
Juan Darthés habló por primera vez con la prensa de Brasil sobre su situación y reveló cómo se encuentra en su país natal, donde no posee extradición. Buscado por la Interpol, fue acusado formalmente por estupro el pasado abril a causa de la denuncia que le hizo la actriz Thelma Fardin en 2018.
El equipo de investigación del programa de televisión Domingo Espectacular (Record TV) siguió a Darthés, de 56 años de edad, que pasa sus días junto a su esposa, María del Carmen Leone, y a sus dos hijos, Gianfranco y Tomás, entre dos departamentos que posee en Sao Paulo y Río de Janeiro. En esta última ciudad, el periodista Roberto Cabrini se contactó con él a través del portero eléctrico de su edificio y una llamada telefónica.
“Las acusaciones contra usted son extremadamente graves. En este momento, usted está denunciado por la Justicia brasileña por crímenes de estupro contra Thelma Fardin, y otras tres actrices que dicen que sufrieron abuso sexual de su parte: Calu Rivero, Anita Coacci y Natalia Juncos”, expresó Cabrini, para luego pedirle al actor un descargo al respecto.
“Buenas noches Cabrini. Solo quiero decir que finalmente me voy a poder defender. Desde el comienzo estoy a disposición de la Justicia brasileña. A pesar de que quería ir a Nicaragua, los abogados no lo permitieron, y por suerte los escuché, porque no me ofrecían garantía de seguir con vida“, dijo Darthés, respondiendo en portugués.
“No hice nada de lo que me acusan, soy inocente. Fue mucho, mucho tiempo de injusticia, viendo sufrir a mi familia. En verdad es algo que no se lo deseo a nadie. Gracias a Dios, hoy estamos más fuertes y unidos que nunca”, completó el ex protagonista de Patito Feo, quien solo se había manifestado sobre el tema en diciembre de 2018, cuando Mauro Viale lo entrevistó en la casa que el actor posee en Nordelta. En esa oportunidad, Darthés había señalado: “Yo nunca violé ni acosé a nadie”.
El programa de la tevé brasileña siguió a Darthés y a su familia con cámaras ocultas, con las que corroboró que tanto el actor como su esposa y sus hijos llevan adelante una vida completamente normal.
Luiz Antonio Nazareth, defensor del actor en Brasil, también habló con el ciclo, y aseguró que su representado es inocente, brindando declaraciones similares a las que en algún momento realizara Fernando Burlando en el país. “Él no es un fugitivo en Brasil, es un ciudadano. Actuó como actuó en Argentina durante muchos años y regresó a su país natal.
E informamos gratamente a la Policía Federal que él se encontraba a disposición de la Justicia brasileña”, dijo el jurista con respecto a la alerta roja de la Interpol.
“Pretendemos probar la inexistencia de pruebas para la acusación y que no aconteció lo dicho por la supuesta víctima”, agregó Nazareth. “La verdad es que él evitó ese contacto con Thelma Fardin, y no sabemos por qué estas denuncias surgieron y crecieron. Él niega de manera vehemente todas las acusaciones y lo vamos a comprobar”.
Pese a los dichos del abogado, la Justicia pareciera desandar otro camino. El viernes 16 de abril pasado se conoció que la acusación del fiscal fue aceptada por el juez federal de Brasil que decidió la apertura del juicio contra Juan Darthés. La denuncia iniciada por la ex Patito Feo en Managua logró el respaldo de la justicia nicaragüense y la brasileña, y se encamina a lograr un proceso formal.
El 6 de abril la Fiscalía Federal de San Pablo denunció a Juan Darthés por estupro agravado y pidió que la Justicia acepte llevarlo a juicio en un plazo estimado de un año. En el 2022 el actor argentino podría enfrentar un proceso penal por la denuncia iniciada por Fardin en Nicaragua, con la representación de la abogada Eylin Cruz Rojas.
“Son muchas las mujeres y disidencias que atraviesan estas situaciones, si bien mi caso es testigo”, dijo Fardin en ese momento, al conocerse la noticia. A la vez que valoró el apoyo que recibe, pidió que la sociedad “deje de perseguirnos a las víctimas, de estigmatizarnos”.
El artículo 226 del Código Penal brasileño estipula que si se trata de un padrastro, tío, compañero, tutor, preceptor, empleador o cualquier otro título con autoridad sobre la víctima el delito se agrava. Y en ese caso, la pena máxima puede llegar a los 18 años de prisión.