En su entrevista con Oprah Winfrey, los duques de Sussex anunciaron que esperan una niña que nacerá en el verano boreal.
Meghan Markle, de 39 años, y el príncipe Harry, de 36, quieren que su próximo bebé nazca en su mansión de Montecito, California. Los duques de Sussex anunciaron que esperan una niña, que nacerá en el verano boreal, en su explosiva entrevista con Oprah Winfrey a principios de este mes cuando la duquesa mostró su avanzado embarazo. Todavía se desconoce la fecha exacta pero la niña- que tampoco tendría tratamiento de Alteza Real como su hermano mayor, Archie Harrison- será el primer miembro de la familia real británica en nacer en los Estados Unidos y lejos del Palacio de Buckingham.
Cuando estaba embarazada de su primogénito, Markle inicialmente soñó con tener un parto natural en Frogmore Cottage, la casa que compartía con Harry en los terrenos de Windsor, y ya contaba con un equipo médico para ese día tan anhelado. Pero el deseo de la pareja se vio frustrado cuando la fecha programada se retrasó una semana. Finalmente, la ex actriz estadounidense fue llevada al hospital privado de Portland en Londres, donde dio a luz en las primeras horas del 6 de mayo de 2019, con Harry a su lado.
“El plan de Meghan era tener un parto en casa con Archie, pero ya sabes lo que dicen sobre los planes muy bien diseñados”, dijo una fuente este martes al sitio Page Six. “Al final, sus médicos le aconsejaron que fuera al hospital y lo único que le interesaba era dar a luz a Archie de forma segura”, continuó el informante en declaraciones al citado medio.
“Hoy Meghan tiene un hermoso entorno para dar a luz a su bebé”, añadió.
En esta oportunidad Meghan podría poder cumplir su deseo: dar a luz en su propia casa rodeada de un equipo médico compuesto por mujeres. Una decisión que, además, evitaría que se filtrara la noticia antes de que la pareja lo anuncie.
Los duques de Sussex compraron la propiedad en la que viven actualmente -valuada en USD 14,5 millones- el año pasado después de dejar sus roles principales en la familia real y mudarse a California.
El nacimiento de la niña, que se convertirá en princesa cuando su abuelo, el príncipe Carlos, finalmente ascienda al trono, podría ser diferente al de su hermano. “No está claro, ahora que Meghan y Harry son ciudadanos privados, si anunciarán el nacimiento o cómo será. Esta vez no tienen que adherirse al protocolo real”, dijo una fuente real a Page Six.
Los duques de Sussex se negaron anunciar dónde ni cuándo nació Archie, pero la información fue dada de forma oficial con una nota exhibida en un caballete en la explanada del Palacio de Buckingham. Sin embargo, aceptaron una sesión fotográfica en los terrenos del Castillo de Windsor para presentar Archie Harrison Mountbatten-Windsor al mundo.
Mientras espera a su segundo hijo, el príncipe Harry dedica parte de su día a su nuevo trabajo. El hijo menor de Carlos de Inglaterra anunció la semana pasada que fue contratado como director de impacto de BetterUp, una compañía de asesoría en salud mental con sede en San Francisco, que trabaja con gigantes estadounidenses.
Se espera que Harry pase algún tiempo en la sede principal de la compañía en el futuro, participe en reuniones y aparezca en eventos especiales de la empresa.
El CEO de BetterUp, Alexi Robichaux, que conoció a Harry el año pasado a través de un amigo en común, se negó a comentar sobre cuánto se le pagará al nieto de Isabel II, pero cargos similares en Silicon Valley se pagan con cheques de seis o siete cifras.
El duque de Sussex también se unió a la “Comisión del Trastorno de la Información” del Instituto Aspen en Washington DC junto con otras 18 personas, incluida Kathryn Murdoch, la esposa del hijo de Rupert Murdoch. Será parte de un equipo que investigará sobre la desinformación en el mundo digital, que comenzará en abril y durará seis meses. La comisión está siendo financiada por el empresario multimillonario estadounidense Craig Newmark, quien fundó Craigslist, un reconocido sitio web de anuncios clasificados.
Harry dijo en la entrevista que concedió a Oprah junto a su esposa que su familia le había cortado la ayuda financiera tras su renuncia a la Corona y que había tenido que utilizar los millones que le dejó Lady Di para poder empezar una nueva vida en Estados Unidos.
“Tengo lo que me dejó mi madre y sin eso, no hubiéramos podido hacer esto”, dijo el príncipe sobre el traslado del matrimonio a California luego del llamado Megxit. “Es como si ella lo vio venir y haya estado con nosotros durante todo este proceso”, agregó, y señaló que los negocios con Netflix y Spotify “nunca fueron parte del plan”.
Ante las cámaras, el príncipe contó que los jugosos acuerdos con los gigantes del streaming fueron por necesidad. Una vez que quedó claro que él y su familia tendrían que pagar por su propia seguridad, que se estima en USD 4 millones anuales, se vio obligado a ganar dinero por su cuenta para sostener el costoso estilo de vida que llevan en Los Ángeles.