Foto: Lorenzo Tugnoli, Italia / Contrasto para The Washington Post/ Sony World Photography Awards 2021
Imagen nominada a mejor fotografía del año
Esta imagen muestra a un hombre herido cerca lugar en que se produjo la explosión masiva del puerto de Beirut, en el Líbano, el pasado 4 de agosto.
Alrededor de las 6 de la tarde del 4 de agosto, una enorme explosión causada por más de 2.750 toneladas de nitrato de amonio de alta densidad, sacudió la capital del Líbano, Beirut. El compuesto explosivo estaba almacenado en un depósito en el puerto. Unas 100.000 personas vivían a un kilómetro del almacén. La explosión, que alcanzo una magnitud de 3,3 en la escala de Richter, dañó o destruyó alrededor de 6.000 edificios, acabó con la vida de al menos a 190 personas, hirió a otras 6.000 y desplazó hasta 300.000 de sus hogares.
El nitrato de amonio procedía de un barco aparente abandonado por el propietario tras ser incautado en 2012 por no pagar las tarifas de atraque y otros cargos del puerto. Los funcionarios de aduanas escribieron a los tribunales libaneses al menos en seis ocasione entre 2014 y 2017 preguntando por cómo deshacerse del explosivo. Mientras tanto, se almacenó en un ambiente inadecuado. No está claro qué detonó la explosión, pero la contaminación con otras sustancias, ya sea durante el transporte o el almacenamiento, parece ser la causa más probable. Muchos ciudadanos vieron el incidente como un síntoma de los problemas actuales que enfrenta el país, a saber, la inoperancia gubernamental y la corrupción. En los días posteriores a la explosión, decenas de miles de manifestantes llenaron las calles del centro de Beirut, algunos chocando con las fuerzas de seguridad y ocupando edificios gubernamentales en protesta contra un sistema político que consideraban poco dispuesto a solucionar los problemas del país.
Foto: Lorenzo Tugnoli, Italia / Contrasto para The Washington Post/ Sony World Photography Awards 2021