Tres delincuentes que le habían robado la mochila a una mujer en Villa Celina, partido de La Matanza, fueron atrapados por los vecinos, quienes cansados de la inseguridad, los desnudaron y los echaron del barrio.

La curiosa situación ocurrió luego de que los ladrones le robaran y le pegaran a una mujer en la esquina de las calles Ugarte y Giribone. Una vez cometido el delito, la víctima activo una alarma vecinal que se escucha a lo largo de las 27 manzanas de toda la zona.

Allí fue que un grupo de vecinos logró capturar a los jóvenes (los testigos aseguran que tendrían entre 13 y 16 años) para sacarles la ropa y devolverle las pertenencias a la mujer asaltada.

Los delincuentes escaparon corriendo por las calles desnudos, seguidos por vecinos enfurecidos. Al toparse con un móvil policial, les pidieron a los efectivos que los lleven, por lo que todavía siguen detenidos.

Los vecinos cuentan que toda esa zona es intransitable por la cantidad de robos. "No se puede salir a la mañana, a la tarde, a la noche. Necesitamos más seguridad, más patrulleros. No podemos salir", contó una mujer en diálogo con el canal TN.

"En menos de tres días tuvimos siete robos", agregó la mujer para graficar la situación de inseguridad del barrio. También explicó que la alarma y las cámaras son la forma que tienen para poder defenderse ante los reiterados robos.

José, otro de los vecinos, relató que la comisaría del lugar tiene solo dos patrulleros y que están en mal estado: "No hay mala voluntad de su parte, hacen lo que pueden, pero no tienen las herramientas para actuar. Entonces tenemos que cuidarnos entre nosotros".

Sobre la actitud de quitarle la ropa a los ladrones, el hombre contó que fue como una lección: "Lo hicimos para que tengan vergüenza, para que no quieran venir más acá".

En esa misma esquina de Ugarte y Giribone el sábado pasado se produjo el asalto a un policía que estaba de civil y a quien le gatillaron varias veces en su cabeza, aunque los disparos no salieron.

Ocurrió a las 23.20 cuando el suboficial, que se encontraba franco de servicio y de civil, estacionaba su auto Volkswagen Bora color gris plata a cien metros de su propiedad.

En ese momento, un grupo de ladrones encapuchados y armados bajó de otro vehículo, un Peugeot, y lo obligaron a descender a golpes de puño, patadas y culatazos de arma en el cuerpo.

Al darse cuenta que la víctima era policía, uno de los asaltantes le gatilló varias veces en la cabeza, sin que saliera la bala.

Finalmente, los ladrones escaparon con el arma reglamentaria del efectivo, su teléfono celular, su billetera y su auto.