Cuando Eugenia Laprovittola fue a conocer a Diego Maradona al predio de Estancia Chica, donde se había movilizado la caravana de Gimnasia y Esgrima de La Plata, no podía imaginar que su lazo con el por entonces DT del club de sus amores pudiera ir más allá de la idolatría. Se sorprendió al ver que, lejos de poner distancia, el astro se mostró dispuesto a entablar una amistad con ella. Pero nunca pensó que, tras su muerte, terminaría entablando un juicio de filiación para corroborar si el jugador no era, además, su padre.
Nacida hace 25 años, Eugenia había sido dada en adopción cuando tenía apenas unos días de vida. Y, aunque siempre supo que quienes la criaron no eran quienes la habían traído al mundo, nunca se preocupó por saber quienes eran sus padres biológicos. Sin embargo, cuando Maradona falleció, le empezó a llegar información que daba cuanta de que el astro había tenido una relación fugaz con la mujer que la llevó en su vientre. Y que, producto de esa aventura, había nacido ella.
Frente a esta situación, la joven -quien se desempeña como futbolista- decidió presentarse ante la Justicia para pedir un ADN. Según dijo, no le interesa participar de la herencia de Diego, pero sí necesita saber cuál es su identidad. Porque, aún en las pocas charlas que pudo compartir con el astro, sintió una conexión. Y es por eso que, hoy, se lamenta tanto por su pérdida.
“¿Qué le diría a Diego? Que lo extraño muchísimo. Que a veces lo extraño tanto, que a la noche me pongo a mirar sus videos para no olvidarme su voz. Que me hubiera encantado compartir más tiempo. Que me enoja, me molesta mucho la forma en la que se fue de este mundo. Me hubiera gustado cuidarlo”, le contó la joven a Tomás Dente en Vino para vos, por Kzo.
Y luego agregó qué más le diría: “Siento que me hace falta....que hace falta su energía, su risa. Que para mí, ir a la cancha no va a ser lo mismo ya, porque él no va a estar. Y yo iba a la cancha a ver a Diego. Que a veces me gustaría que baje un ratito, porque creo que nos debemos una charla. Quizás, la más importante de mi vida”.
Entonces, sin poder contener su emoción, Eugenia confesó que le gustaría poder contarle a Maradona algo tan simple como los goles que hace o las jugadas y que él le dé algún consejo. “Pero también sé que donde está, creo que está tranquilo. Que tiene esa tranquilidad que, por ahí, acá no tuvo. Y que está con ellos dos, con Doña Tota y Don Diego, que yo sé que es lo que él quería”, dijo.
Finalmente, la Laprovittola concluyó su mensaje a Diego con los ojos empañados por las lágrimas asegurando: “Que no se preocupe que yo, acá, lo voy a defender toda mi vida. Nunca lo voy a dejar de querer. Y nunca lo voy a olvidar. Nunca”.
Fuente: Infobae