El Banco Central endureció el acceso de los importadores al mercado de cambios y tendrán que buscar financiamiento para poder pagar las compras en el exterior.
El Banco Central anunció el jueves que le cerró la ventanilla de dólares a bienes suntuarios y finales. Y, en un comunicado, puso algunos ejemplos: mencionó a "automóviles y motos de alta gama; jets privados con valor superior al millón de dólares; embarcaciones de uso recreativo; bebidas como champagne, whisky, licores y demás espirituosas con un precio superior a 50 dólares el litro; caviar; perlas, diamantes y otras piedras preciosas, entre otros productos".
Sin embargo, las trabas al acceso de divisas abarca la importación de bienes no tan suntuarios como el agua mineral con o sin gas o los hornos eléctricos.
En la lista de más de 80 ítems descriptos según la nomenclatura del Mercosur, aparecen también microondas, lavavajillas, heladeras de dos puertas y freezers de tipo doméstico.
La medida también afectará a los importadores que le venden al campo, ya que habrá trabas para traer sembradoras-abonadoras; cosechadoras-trilladoras y pulverizadoras autopropulsadas, según la lista que confeccionó la consultora Abeceb a partir de las posiciones arancelarias comprendidas en la norma del Banco Central.
Tampoco se podrán traer fácilmente los celulares ni relojes que cuesten más de US$ 500 ni motos de cualquier cilindrada totalmente armada o semiarmada (con el sistema SKD).
Los autos de más de US$ 35.000; los aviones de más de US$ 1 millón y los yates y barcos de más de US$ 5.000 son los otros vedados en la lista del Central.
Los importadores de todos estos productos -que, según la entidad monetaria, involucran un monto mensual de US$ 300 millones en bienes finales y US$ 25 millones en suntuarios- deberán obtener financiamiento antes de acceder al mercado oficial de cambios para poder cancelar los pagos.
Recién podrán acceder al mercado oficial a partir de los 90 días desde el despacho a plaza para los productos finales y a partir de 365 días para los bienes identificados como suntuarios. La medida será de aplicación para todos los bienes que hayan sido embarcados en origen a partir de este jueves 7 de enero.
Esto significa, explicaron fuentes del Banco Central, que la importación se realiza ahora, pero recién dentro de un año se podrá acceder al mercado de cambio para comprar los dólares que permitan pagar el producto.
Los importadores van a tener que conseguir un crédito que les permita financiar la operación por un año. La restricción implica que no podrán acceder al mercado de “contado con liquidación” para pagar dicha deuda. Tienen que esperar ese año -y comprar el dólar al valor que cueste dentro de un año- o pagar con financiamiento del exterior, el cual pueden repagar al año.
Objeciones
Según Pablo Lavigne, director de Abeceb, "hay dos puntos relevantes: el primero es que en Argentina no se fabrica toda la gama de productos que se estarían restringiendo, como por ejemplo todos los tipos de cosechadoras o de lavarropas de más de 10 kilos", explicó.
El segundo punto es que será de un funcionario quien defina, de forma arbitraria, qué bienes tendrán o no libre acceso, "lo que podría generar un potencial lobby a futuro para sectores que buscarán ser incluidos para no competir con los productos importados. El resultado de esta medida es claro: menos oferta, más precio y menos calidad", sostuvo el consultor.
"Con esta medida, el gobierno busca disminuir la salida de dólares restringiendo aún más la demanda, aunque con restricción a los bienes de capital que es el principal generador de divisas, el efecto puede ir incluso en línea contraria al esperado. A futuro, se pueden esperar restricciones adicionales a otros rubros, con efectos en los precios e incluso desabastecimiento", planteó Lavigne.