La Cooperativa Codauquen sufrió el robo de los materiales con los que cocinan. A pesar de esta situación, sus miembros manifiestan no sentir odio y sólo piden que se les devuelvan los elementos. A cambio ofrecen asistencia alimentaria sin juzgar la situación delictiva.
Marcela Zabala es integrante de la Cooperativa de trabajo de Codauquen que realiza pastas por un grupo de personas, algunas de ellas en situación de discapacidad. En las últimas horas la Cooperativa sufrió el robo de todos los elementos de trabajo y dialogó con Micrófono Abierto acerca del momento que transitan.
Marcela comentó que 11 personas trabajan en esta Cooperativa de trabajo, en donde se hacen viandas, sobre todo de pastas caseras.
A pesar del robo, muchas otras personas colaboraron para brindarles elementos y que se puedan recuperar.
Codauquen es un término mapuche que significa “trabajar juntos” y surgió en 2012 por la necesidad de personas en situación de discapacidad que quedaban en las márgenes del trabajo. “Veníamos de talleres de formación, todas personas adultas en edad de trabajo. Empezamos con esta idea y nos conformamos en cooperativa que está integrada por personas en situación de discapacidad y personas que necesitaban trabajar y no encontraban su lugar en el mercado laboral”.
Codauquen se encuentra ubicado al lado de la Parroquia San Roque y desde hace dos años lo están acondicionando con todas las medidas de higiene y seguridad. “Esa obra no debería haber llevado más de 30 días, pero el esfuerzo que nos implicó a nosotros nos llevó dos años”.
Marcela relató que desde marzo trabajan en el lugar y fue una sensación de mucha tristeza al descubrir que habían robado todos sus elementos de trabajo, “no nos embargó la bronca, ni el odio, no transitamos por esos sentimientos que luego no te dejan pensar con claridad, sentimos mucha tristeza porque cada cosa nos implicó mucho esfuerzo”.
La miembro de Codauquen relató que a pesar de este momento de dolor frente al robo “la respuesta fue mucho más de lo que esperábamos. Lo que nosotros pretendíamos ese lunes era trabajar, la primera decisión fue ver quiénes nos podían prestar unas ollas, porque usamos las industriales, y muchos clientes nos acercaron cosas, algunas organizaciones nos ofrecieron sus ollas y la respuesta fue más de lo que esperábamos”.
Codauquen ha recibido varias donaciones, además de ollas, una empresa de alarmas les colocó un sistema de seguridad y les hicieron un aporte solidario para una reja.
Marcela resumió su sentimiento, que es compartido por los miembros de Codauquen, “no tenemos rencor ni odio, somos trabajadores, estamos en la lucha, y no ha sido un año fácil. Sólo apelaría a que nos devolvieran las cosas. Hemos tenido la suerte de poder seguir trabajando y si la necesidad es de comida se la vamos a proveer, no somos quienes para juzgar”.