Los Crea sostienen que la producción de maíz está estancada, pero se puede revertir el proceso sin necesidad de intervenciones
Molineros, panaderos y elaboradores de pastas hicieron saber que el congelamiento de precios ya ni siquiera tiene aliento para llegar a las elecciones.
Si en la esfera oficial se barajaba esta expectativa, el mercado triguero la echó por tierra, emergiendo como la punta del iceberg de los remezones de la inflación.
El trigo está entre los paradigmas del traspié de las intervenciones que impactaron, para mal, sobre el aparato económico. La distorsión se traduce en los 530 dólares que anotó esta semana el Mercado a Término de Buenos Aires (contra los 278 dólares de la posición más cercana en el mercado de Kansas, Estados Unidos).
Productores con alguna reserva de trigo de buena calidad panadera se desprenden del cereal sólo a una alta paridad, que llega a los cuatro mil pesos por tonelada (duplicando el valor de la soja).
El trigo es apenas la punta del iceberg si se toma como dato que empresas líderes en el rubro alimentos y bebidas salieron a aclarar que sus listas no están siendo actualizadas de manera inconsulta con Guillermo Moreno. La última decisión del secretario de Comercio Interior fue prorrogar por 45 días el tope de precios para los combustibles.
En el caso del trigo, el Gobierno se resistió a pagar el costo de blanquear importaciones, aunque se abría autorizado bajo cuerda el ingreso de volúmenes hormiga desde el Uruguay. Con pocos antecedentes, la oferta para la molienda interna es muy ajustada. Noviembre será un mes crítico antes del empalme con la nueva cosecha, y las exportaciones de este año se ubicaron en niveles mínimos históricos.
La nueva cosecha no promete la holgura que se suponía, debido a que el área se recuperó muy poco y el cultivo fue afectado por falta de agua y heladas tardías. Así, 2014 será otro año de cinturón ajustado con los stocks .