El Gobierno comenzó a preparar el terreno para negociar un acuerdo con el FMI advirtiendo que primero elevará al Congreso el proyecto para su aprobación, antes de alcanzar un acuerdo con el organismo multilateral.
Con dicho acuerdo, la Argentina buscará refinanciar la deuda de 44.000 millones de dólares que dejó la administración de Mauricio Macri, y donde la casi totalidad del pago vence en los próximos dos años.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, y el representante de la Argentina ante el FMI, Sergio Chodos, precisaron durante la semana en distintos medios el alcance que tendrá el nuevo acuerdo que suscribirá la gestión de Alberto Fernández con el FMI, y cuya negociación comenzará a tomar forma en las próximas semanas, aunque no se espera que pueda ser aprobada antes del primer trimestre de 2021.
El jueves, Guzmán expresó que "el primer objetivo de Argentina es un programa del FMI que funcione", durante una entrevista con la agencia de noticias Bloomberg.
Descartó así una pronta vuelta al mercado, expresando que la intención oficial es primero reducir el costo de financiamiento argentino (y por ende el rendimiento de los bonos, que aún está muy alto pese al canje), a "través de la gestión de las variables macroeconómicas".
Ambos funcionarios recalcaron que el nuevo acuerdo tendrá un carácter diametralmente opuesto, al que suscribió el Gobierno de Macri a mediados de 2018.
Entre los lineamientos, la Argentina solicitará primero la autorización del Congreso para avanzar en el nuevo programa, "elevando la discusión a la sociedad", sostuvo Guzmán.
Fue algo de lo que careció el anterior programa, ya que fue suscripto -y reformulado luego- en apenas unas semanas, al tiempo que el anuncio repentino del Poder Ejecutivo de volver a financiarse a través del FMI había sorprendido a propios y extraños.