La Academia de Televisión estudia cómo organizar la primera gran entrega de premios virtual de la pandemia
Queda menos de un mes para los Premios Emmy más particulares de la historia. El 20 de septiembre (la madrugada del 21 en España), la industria televisiva estadounidense tendrá puestos sus ojos en la gala de entrega de los premios de la Academia de la Televisión, que este año emite la cadena ABC (en España se verá en Movistar +). Últimamente, el evento se emite con más pena que gloria, pero este año será especial: estos serán los Emmy del coronavirus. La Academia de Televisión fue de las últimas en admitir que sus premios no se entregarían físicamente y ahora prepara a contrarreloj la primera gran gala de la pandemia.
Jimmy Kimmel, presentador de esta 72ª edición, conducirá el evento, sin público en directo, desde un escenario situado en el Staples Center, un pabellón multiusos de Los Ángeles en el que juegan sus partidos de la NBA Los Angeles Clippers y Los Angeles Lakers y que es el lugar de entrega de los Premios Grammy. Frente al habitual Teatro Microsoft, este espacio cuenta con más espacio para trabajar con mayor distancia de seguridad, además de estar mejor equipado técnicamente para acoger las decenas de conexiones que serán necesarias en esta ocasión.
Porque el plan es que haya una conexión en directo por cada nominado. Es decir, un total de 140 transmisiones. Así lo han explicado a Variety los productores ejecutivos Reginald Hudlin e Ian Stewart, de la compañía Done+Dusted, que se encarga por tercer año consecutivo de la realización de estos galardones. Cada candidato tendrá a su disposición una cámara profesional que, si es posible, estará manejada por un operador. Como el objetivo de los productores es que todos los nominados se sientan cómodos con la situación, si lo solicitan, pueden prescindir de personal ajeno y que alguien de la unidad familiar del nominado ejerza como cámara, aunque siempre con equipación profesional: piden huir de plataformas como Skype, Facetime o Zoom y de móviles o portátiles. “No debemos perder de vista que los Emmy son unos premios prestigiosos, y no los damos por diversión, los entregamos para reflejar la excelencia”, reflexiona Ian Stewart.
“A menudo, cuando la gente gana un premio, se lo dedican a sus hijos o su familia. Ahora tus hijos pueden estar a tu lado. O quizá pueden hacer su discurso de agradecimiento desde la cama. Es una oportunidad para reinventar cada aspecto”, dice Hudlin. Tampoco se exigirá un código de etiqueta en la vestimenta, de forma que los nominados podrán aparecer con sus mejores galas o bien en pijamas, como les plazca.
Por lo tanto, la reacción de los nominados y sus discursos de agradecimiento serán en directo, a diferencia de lo que ocurrirá con los Creative Arts Emmy, dedicados a las categorías técnicas y que se entregarán a lo largo de cinco noches entre el 14 y el 19 de septiembre. Para ellos, los productores han solicitado a los nominados un vídeo pregrabado con su discurso de agradecimiento que solo se emitirá en caso de ganar.
La opción de contar con público en directo en el Staples Center se eliminó pronto cuando empezaron a planear los Emmy. “Todavía es demasiado peligroso, especialmente en Los Ángeles en este momento, poner a gente tan cerca unos de otros”, dice Stewart.
Una cuestión que todavía no han resuelto los productores de los premios es la entrega de la estatuilla. “Hay nominados que viven en Los Ángeles, Londres, Berlín y Tel Aviv. Estamos estudiando todas las cuestiones y los retos para tratar de solucionarlos”, dice Hudlin, que en 2016 ya trabajó en la gala de los Oscar (y que este año se ha convertido en el primer productor ejecutivo negro en la historia de los Emmy). “De nuevo dependerá de con qué se sientan cómodos. ¿Quieres que alguien llame a tu puerta para entregarte el premio? Estamos barajando un montón de posibles soluciones”, añade el productor, que destaca que la experimentación y la variación será fundamental. “Una vez que tienes el mundo como estudio de televisión, puedes ponerte a crear”. Lo que ya saben es que no podrán conocer por adelantado el nombre de los ganadores ni siquiera en estas circunstancias especiales.
Justo después de que se optara por que los nominados no acudiesen al Staples Center, llegó la lógica decisión de cancelar la alfombra roja. En esta ocasión no habrá el habitual desfile de modelos que es la llegada de los nominados e invitados de los grandes premios. Se barajó brevemente reinventar la alfombra roja como una experiencia virtual, pero los productores decidieron centrarse en el reto técnico de la gala y olvidarse del resto de adornos.
En cuanto a la ceremonia, algunos de los presentadores de los premios estarán en el Staples Center y otros lo harán en remoto. Los planes incluyen números musicales con artistas de primer orden, aspecto del que no se ha adelantado más detalles todavía. La retransmisión también mostrará cómo se está realizando el programa detrás de las cámaras. “Vamos a ser muy transparentes en lo que está ocurriendo y por qué”, dice Hudlin. El hilo conductor de la gala será cómo la televisión se ha convertido en un salvavidas y una forma de evasión para la gente atrapada en sus casas durante las cuarentenas.