Acordó con el Gobierno tratar el plan en su directorio; los préstamos se destinarán a salud, educación y desarrollo rural; es un desahogo para el país
WASHINGTON.- El Banco Mundial acordó con el Gobierno tratar en su directorio un plan de créditos para el país que contempla un desembolso total de US$ 3000 millones, destinados a financiar programas de salud, educación y desarrollo rural.
El acuerdo se suscribió ayer en esta capital luego de una reunión que mantuvieron el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el vicepresidente para América latina y el Caribe del Banco Mundial, Hasan Tuluy. En un comunicado conjunto, se indicó que el documento "se encuentra en su fase final y que se presentará al directorio" para su tratamiento. El hecho de que se haya acordado presentar el programa al directorio indica en estos casos que es casi segura su aprobación.
El anuncio se conoció en medio de una jornada llena de rumores sobre la posibilidad de que la Argentina habría aceptado pagar los fallos que ya dictó en su contra el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), del Banco Mundial. Estas versiones impulsaron a los bonos soberanos en dólares, que cerraron la jornada con subas de hasta 7,35%.
Por el momento no se sabe la fecha en que esos créditos podrían estar disponibles ni tampoco los plazos en los que se harían los desembolsos. Por lo común, se trata de programas que implican 1000 millones de dólares por año, para un período de tres años; en este caso, entre 2014 y 2016.
Para el gobierno argentino, el anuncio implica una bocanada de oxígeno ante las necesidades de financiamiento. También, un alivio de peso en el castigo financiero al que venía siendo sometido por países que sancionan su "inconducta" en ese terreno. Sin embargo, por razones que no trascendieron, se le dio un muy bajo perfil a la información, que, de hecho, quedó limitada a un comunicado conjunto. En horas del mediodía se había anunciado una teleconferencia para dar a conocer la decisión del Banco Mundial, de la que iban a participar Amado Boudou (a cargo del Poder Ejecutivo) en Buenos Aires, y Lorenzino, en Washington.
La teleconferencia entre Buenos Aires y Washington (donde Lorenzino asiste a la asamblea conjunta del FMI y el Banco Mundial) fue postergada con el argumento de "problemas técnicos" con la conexión satelital. Luego, fue directamente cancelada y, finalmente, tanto Boudou como Lorenzino optaron por un silencio llamativo.
Igual falta de respuesta se recogió en la embajada argentina en esta ciudad y en la Oficina de la Representación Financiera del país aquí. Así, el anuncio sólo se conoció por medio de un comunicado de una carilla avalado en forma conjunta por el Banco y por el gobierno argentino.
Mientras tanto, en Buenos Aires se renovaron las versiones sobre un supuesto acuerdo para que el país pague los fallos que el tribunal del Ciadi dictó en su contra, como contraprestación necesaria para que se le liberase el camino hacia el programa de créditos.
La posibilidad, deslizada meses atrás por LA NACION y reflotada en las últimas semanas por el diario Ámbito Financiero, alude a la posible entrega de US$ 500 millones en títulos públicos para pagarles las sentencias a cinco empresas (Azurix, Blue Ridge Investments y Vivendi son las principales).
Sin mencionar esa posibilidad, el comunicado, difundido a última hora de la tarde de ayer y que anuncia la posibilidad de avanzar en el programa de préstamos, es mucho más moderado en sus expresiones. Señala al respecto que "se encuentran en su fase final" los "trabajos preparatorios" para que la Argentina acuerde una nueva "alianza estratégica" con el Banco Mundial por los próximos tres años, a partir de 2014, y que los documentos respectivos "se presentarán" al directorio del Banco Mundial.
El principio de acuerdo se logró en el transcurso de encuentros de trabajo entre el ministro Lorenzino y Tuluy, del Banco Mundial. El texto incluye breves expresiones de ambos. "La Argentina ha tenido logros muy significativos en la disminución de la pobreza y la promoción de mayor equidad en los últimos años", dijo Tuluy.
"Desde el Banco Mundial acompañamos esas prioridades y continuamos apoyando los esfuerzos por reducir la pobreza y generar mayores oportunidades", añadió. No hizo, en cambio, mención alguna a la eventual liberación de objeciones al país por sus incumplimientos en el tribunal arbitral del Banco.
Sin hacer referencia a esa cuestión, Lorenzino también tuvo su declaración en el texto. "La Argentina insiste en orientar el financiamiento a la infraestructura social y el desarrollo. Este acuerdo estratégico con el Banco Mundial refuerza el compromiso con los sectores y regiones más vulnerables de nuestro país."
Hace años que la Argentina sufre en el Banco Mundial el bloqueo de países que se oponen a que se le otorgue financiamiento, como consecuencia de los fallos que no honra. Entre ellos figuran Estados Unidos, Alemania y Japón.
La misma situación se vive en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero allí los préstamos no llegan a bloquearse porque la presión de quienes se oponen a votarlos queda diluida por el aval de países de la región.
Con el acceso al mercado de capitales cerrado, hasta ahora el BID y, si todo marcha bien, también el BM pasarán a ser las dos únicas fuentes de financiamiento externo con que cuenta el país.