“Antes de volver a competir necesitaríamos mínimo dos meses de entrenamiento. Estuvimos haciéndolos desde casa, pero no es igual. Se extrañan las prácticas en conjunto, las clases de los profes. Se siente muchísimo la diferencia” expresó.
Respecto de la posibilidad que se baraja de jugar un torneo veraniego, Andrada comentó: “Obviamente estaríamos dispuestas a jugar en verano. Puede que el fútbol femenino corra peligro en algunos clubes. Pero lo que queremos es volver a jugar”.